miércoles, 9 de junio de 2021

Condes Vampiro en Mordheim II

Buenos días perdidos y condenados. No hace mucho que Reik retomó la pluma por aquí, para hablarnos de las vacaciones que se está pegando la aristocracia de la noche en la ciudad de Mordheim, y como gustó bastante, ha decidido desarrollar un poco más el tema.



Buenas a todos de nuevo simples mortales.

Volvemos a la carga de nuevo como una unidad con furia asesina que ha fallado su chequeo de liderazgo (me estoy jugando que se publique esto haciendo un chiste sobre el reglamento de octava)(Nota de Cordo: Seguimos en la Tormenta del Caos, no sé de que me hablas). En esta segunda parte de lo que hacen nuestros amigos inmortales chupadores de sangre en la maravillosa Ciudad de los Condenados, vamos a hablar de nuestras amigas las Lahmias y de los serios hijos de Aborash, los Dragones Sangrientos.

Lahmias: política en una ciudad destruida.



Para este clan en concreto, debemos retroceder un poco en la historia de la ciudad antes de la caída del cometa, destacando tres puntos:

- Mordheim fue una de las pocas ciudades de Ostermark que salvó el culo tras las guerras de Gorbad Garra de Hierro en el año 1707.

- Es una de las ciudades más grandes en la zona este y se convirtió en la segunda ciudad más grande y rica después de Altdorf.

- Está cerca de las montañas del Fin del Mundo.

Esto hace evidente que los ojos de Neferata, que intenta controlar todos los imperios desde las sombras, estaban clavados en Mordheim desde que empezara a florecer, más estando cerca de las montañas que, a su vez, estarían no demasiado lejos de la fortaleza de la primera vampiresa en el Pináculo de Plata. Por tanto, es seguro que había vampiras de la hermandad entre las doncellas de compañía de las hijas de mercaderes ricos, la alta nobleza de la ciudad o controlando burdeles donde se escuchan los más siniestros secretos. Que Neferata sacara tajada de Mordheim en su mejor momento es más que probable.

Imagino que estuvo allí durante siglos, observando. Es probable, además, que aumentara su presencia en la ciudad, y también en otras imperiales, cuando Sylvania pasó a manos de un nuevo conde extranjero. ¿Se le escaparía a Neferata quién era este nuevo conde? Lo dudo. Como digo, lo normal es que estuviera siempre atenta a los movimientos que su casi igual daba en el ajedrez del Imperio.

Tras la decadencia de Mordheim todo seguiría igual e incluso mejor porque las Lahmias podrían tenerlo todo más fácil entre la corrupción y el hedonismo reinante, pero ¿qué ocurriría cuando se destruye la ciudad?

En la anarquía reinante las intrigas palaciegas carecen de sentido y la sutil telaraña de las Lahmias se va descomponiendo hilo a hilo. Sería lógico pensar que aquellas infiltradas en familias ricas que huyeran de la ciudad huirían con éstas y otras muchas, las que destaquen en infiltración especialmente, abandonarían la ciudad. Sin embargo, Neferata no se retiraría de Mordheim pues la piedra bruja de la que todos hablan, y que ella ya conocería, no se iba a desperdiciar. Además, Mordheim podía decantar la balanza del Imperio para algún lado y ella debía controlar todo lo que pudiera.

Por tanto, imagino que dejaría en Mordheim aquellas vampiras que destacaran en batalla pues debían de sobrevivir en una ciudad en la que todo te quiere robar, matarte y comerte, no en ese orden. Aprovechándose de su apariencia inocente podrían urdir planes y emboscadas, pero sin miedo a una confrontación directa.

Como último apunte, mientras pensaba en este clan, se me ocurrió la historia de dos hermanas de sangre, convertidas en vampiresas, guerreras expertas enviadas a Mordheim para averiguar todo lo que puedan de cada banda que pise la ciudad y que, con diferentes ropajes, van haciéndose pasar por mercenarias, hermanas de Sigmar, mendigas y un largo etcétera, ayudando a algunas bandas a sobrevivir sólo para poder recolectar información de éstas y mantener a su reina informada.

 

Dragón Sangriento: el honor de matar monstruos



Pasamos ahora a los hijos de Aborash, o de Walach Harkon que en esta época ya había formado la Ordo Draconis y se había destruido la Torre Sangrienta.

En este caso ocurre justo lo contrario que en el caso de las Lahmias. A los caballeros vampiro, que buscan el honor marcial, ante todo, superar sus propios límites y vencer a los mejores guerreros y los más fieros monstruos, no se les ha perdido nada en una ciudad como Mordheim, lleno de politiqueo y corrupción.

Sin embargo, cuando la ciudad cae pasto de monstruos y mutantes, y diferentes regiones y razas mandan a sus mejores guerreros, es de imaginar que los Dragones Sangrientos que escuchen hablar de la ciudad y les pille por las inmediaciones no dudarán en acudir para mostrar su valía.

La gran ventaja en comparación a otros caballeros, como podrían ser los andantes de Bretonia, es que su objetivo es egoísta y no debe seguir unos parámetros por lo que les dará igual intervenir en una pelea callejera, retar a un orco enorme que pase por allí o, si le entra hambre, comerse a unos pobres celotes que anden perdidos por la zona. La ciudad de los condenados puede convertirse en su parque de atracciones particular, donde divertirse y entrenar a partes iguales.

En este punto, recordé que, dirigiendo una partida de rol en Mordheim, hace más de 12 años, pensé diferentes bandas y entornos de pnj y bandas, y uno de ellos eran los cuatro jinetes. No era un derroche de imaginación porque al parecer la idea de cuatro jinetes que traen muerte y destrucción a su paso ya estaba cogida en algún libro. Sin embargo, la idea me sigue pareciendo interesante, la de cuatro caballeros que vayan juntos, probando su valía, desafiándose a ver quién combate mejor contra diferentes enemigos e incluso, si alguno perdiera, convirtiendo al que mató a uno de los suyos en el siguiente miembro. Es una idea que me resulta interesante. ¡Ah! En la partida tenían una rencilla con una banda eshin que no era honorable para el gusto de los jinetes. Diferentes puntos de vista sobre la honorabilidad vs la supervivencia.

 


Y hasta aquí dos clanes más. Volveremos más pronto que tarde con la tercera y última entrega. Saludos desde las sombras.

Reik

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