lunes, 4 de septiembre de 2023

[40k] Los Mil Hijos se van de torneo a Moguer

 ¡Buenos días tiradados! Hemos recibido una transmisión a través de la disformidad, y es que parece que Reik ha sido absorbido por un portal del Caos. En cualquier caso, parece que en este futuro del que nos habla tiene también muchas toñas. Hoy salimos de lo habitual y tenemos un resumen de torneo de Warhammer 40k.



Saludos simples mortales. Vuelvo a vosotros tras una larga y justificada ausencia (he estado mes y medio de vacaciones, si eso no es excusa, yo ya no sé). Lo hago con algo que no son condes vampiros (sorpresa), ni Fantasy (segunda sorpresa) y es algo competitivo, ergo, he jugado (tercera sorpresa).

Sí señores, he estado en un torneo de 40k a principios de agosto, en Moguer (Huelva), y vengo a contar mi experiencia.

Lo primero, por empezar por algún lado, es que ya era torneo de décima edición. En novena jugué dos torneos, en los que de un total de seis partidas gané sólo una. Jugué en toda novena otras dos partidas, que tampoco gané. Pero bueno, edición nueva, vida nueva ¿no? Al partir todos de cero con los index podía estar más igualada la cosa, pero, sobre todo (porque a nivel de reglas no veo tanto tanto cambio) el tema de misiones para puntuar podía favorecerme. ¿En qué sentido? En que están mejor hechas y no hay tantas diferencias. Las primarias se parecen, puntuar por objetivos normalmente, pero las secundarias en novena había ejércitos que las hacían sin esforzarse y otros que sufrían la gota gorda para rascar algo. Ahora se pueden elegir dos o que vayan siendo aleatorias y, cuando puntúas, se descarta y se coge otra para tu siguiente turno. Una dinámica muy entretenida.

¿Qué cambiaba también? Mi ejército. Llevo a los Mil Hijos y tanto en octava como en novena tenían un gran problema: la magia (o poderes psíquicos, pero yo tengo la tara de Fantasy y lo llamo magia). Es el ejército más potente en este sentido, pero eso lo lastraba. Hacer un ejército que depende de la magia es bajarlo en combate y disparo y dejarle la magia para que compense. Tu lado más poderoso se convierte, al final, en algo para compensar el resto del ejército. Si te sale bien la magia, igualas a otros ejércitos que ya tienen mecanismos para no depender de lanzar diez hechizos que, si no salen todos, te joden. Por tanto, que hayan quitado la fase psíquica y hayan metido diferentes ataques psíquicos automáticos y diversos poderes al juego han hecho que el ejército mejore mucho (está bastante arriba en el meta). Además, simplifica el hecho de no tenerte que llevar aprendida la lista de hechizos que tienes que lanzar, el cómo, el orden que tienes que seguir para que todo salga fetén...un descanso mental para centrarse en otras cosas durante la batalla.



En fin, con esa premisa, me apunté al torneo con una lista con lo que estaba bien y lo que quería usar. Magnus el Rojo, Ahriman con diez rúbricas con lanzallamas, un amo infernal con cinco rúbricas, cinco rúbricas sin nadie que les guíe, un hechicero exterminador con diez exterminadores, dos unidades de 10 tzaangors, una bestia mutalith y un vindicator (que tenía ganas de utilizar porque me gusta mucho ese tanque, sin ninguna razón en particular XD). Se hicieron los sorteos y me tocó un chaval con ángeles sangrientos. Después de pensar varios movimientos en mi cabeza durante días, se apuntó más gente y por votación popular se volvieron a realizar los sorteos. Tanto pensar para nada. Me tocó un viejo conocido de la época de fantasy, algo que me alegró mucho, con un ejército del caos lleno de ingenios demoniacos y algún que otro tanque, cero infanterías. Vuelta a pensar, a veces veía la partida de cara y otras la veía difícil. Veríamos que pasaría.

Día del torneo.

Madrugón de domingo. 7 de la mañana, en plenas vacaciones (Nota de Cordo: Vamos a omitir la hora a la que nos levantamos Rass, Nalter y yo para ir al torneo de Albahammer este pasado finde...). Esto es pasión por el warhammer. Las calles vacías, algo de gente que venía de salir. Recuerdos de cuando iba a un torneo casi de empalme (nunca salía bien). 20 minutos de coche y llegada al local. Aire acondicionado, por suerte, era 6 de agosto en plena ola de calor. Todo preparado. Saludos varios de viejas glorias con los que, cuando calculas, jugabas habitualmente… ¡hace más de diez años! ¿Cuándo ha pasado tanto tiempo? En ese momento, saludando, me cruzo con un chaval (un hombre en verdad XD) de casi mi edad que iba a mi mismo colegio y teníamos amigos en común y buena relación. No deja de ser curioso cómo es una afición que durante muchos años parecía que había que tener más oculta para no ser un friki de forma despectiva. En fin, después de esos minutos de filosofar empezamos a lo importante, desplegar miniaturas.

Primera partida



Partida de bordes cortos. Mi ejército queda bastante apretujado, pero lo coloco más o menos como quiero, con un plan claro de batalla (ahora sólo queda seguirlo). Mi contrincante se esconde más o menos y deja en reserva al príncipe demonio con alas y a 6 Obliterators. Bien, mejor. No pueden entrar hasta segundo turno. Si empiezo yo, tengo dos turnos para encargarme del resto antes de que eso sea un incordio. Tirada para ver quien empieza, saco un 1…pero él también. Repetimos y con un 5 a 2 empiezo yo. Perfecto.

Empiezo en modo muy agresivo y redespliego la unidad tocha de exterminadores lo más cerca posible de él, justo en frente de un, creo, arrasador. Se mueven lo máximo Magnus con el mutalith de mascota, y el vindicator y el resto del ejército se mueve para coger objetivos.

Le cae una lluvia de fuego y ataques psíquicos que mata, creo, a tres o cuatro unidades, no tiene muchas. Incluido mi vindicator que mata al suyo. Su respuesta no hace mucho daño y los exterminadores se van a enquistar en su propia zona de despliegue mientras el resto de mi ejército apenas sufre. Cuando entran las reservas apenas tienen nada que hacer, rascar algo, pero poca cosa. Al final del tercer turno me da la partida.



Partida muy rápida, al resto les queda más de una hora por lo que nos vamos a un bar a desayunar. Cuando volvemos aún queda bastante. He ganado 20-0, mi siguiente rival va a venir fuerte, pero, al menos, ya he empezado mejor décima edición de lo que jugué novena.

Segunda partida



Evitado el coco del torneo (gente de fuera de Huelva que viene de entorno muy competitivo, con Eldar que es lo que está más intratable) me toca contra demonios. Belakor, una gran inmundicia, Shalaxi Helbane, el Cambiante y los Escribas Azules como unidades baratas para coger objetivos, y en despliegue rápido dos pequeñas de incineradores y dos grandes con personaje de desangradores montados. Todo en despliegue de bordes largos.

Aquí había un problema. Todo lo que estaba a más de 18” de Belakor no podía dispararle ni a él ni a lo que estaba a 6” de él (los otros dos demonios gordos). Los otros dos demonios eran más resistentes y pensé: dama por dama. Hago como antes (sí, otra vez gané la tirada para empezar) me juego a mis exterminadores y, si mato a belakor, el resto de mi ejército puede hacer mucho daño y, además, ya tienen a los exterminadores ahí molestando.

Spoiler: sale mal.




No logré matar a Belakor por lo que ni Magnus, ni el mutalith ni el vindicator dispararon y, como los había acercado para que llegaran, le puse en bandeja que viniera a por mí.

El contrincante, en un gesto de amabilidad y de, esto puede acabar rápido, me dijo de reiniciar, pero no me parecía bien, yo me había equivocado y lo asumía. El resto de la partida fue rascar el 2-18 final que, visto todo, ni tan mal. Me iba a la zona media de la tabla, que estaba muy poblada.

Tercera partida





En esta partida, de despliegue en cuadrantes, me tocó contra necrones. Un arca del exterminio, destructores, destructores pesados, motos, homicidas y, sobre todo, dos unidades simétricas de guardia real con escudo y personajes dentro con otros guardaespaldas que se daban bonos y los hacía duros, demasiados. En esta partida si algo entraba por despliegue rápido antes del turno 4 con un 3+ no entraba ese turno. Nadie tenía nada en reserva, pero si hacía el mismo truco con los exterminadores, me tocaría tirar.

Mi despliegue fue arriesgado porque lo hice muy ofensivo con los bichos grandes, pero por suerte, otra vez más, gané la tirada. Tres partidas y en las tres empezaba. Y para colmo me la juego, y saco el 3+ con los exterminadores. Esta vez no era para que estuvieran en la boca sino para flanquear por un lado mientras presionaba con lo gordo por el centro.

Las unidades necronas resistieron bastante, pero trabé a Magnus con una de ellas para que se estuviera quieta y a la otra acabé concentrando todo el fuego de dos unidades y, por los pelos, la destruí. Se me puso muy de cara y, como la otra vez, al final del tercer turno me dio la partida. Otro 20-0.





Resultado y conclusiones

Al final quedé quinto, ¡nada mal! Y lo más importante, se pasó un día insuperable. Cabe destacar que además el almuerzo se había pedido con una hoja de Excel con anterioridad al igual que se había hecho el pago por lo que nos trajeron la comida para comer en una sala en el mismo sitio. Es imposible hacerlo más cómodo.

Y esta es, de momento, la primera aportación de 40k. Si se tiene más interés siempre se podría escribir algo más desde un punto de vista no competitivo o cómo ve que ha evolucionado el competitivo visto desde fuera. Ya veremos.

'Saludos!

Reik

PD: Una pena que no haya vampiros en 40k…porque no, los ángeles sangrientos no me cuentan como vampiros XD


Nota de Cordo: ¿Seguro?

2 comentarios:

  1. Pues a mi me gusta que haya variedad en el blog, oiga! Como alguien que ha jugado poco a 40K y ahora cuando juego le doy a Quinta Edición me surgen un par de dudas un poco de novato siempre que veo o leo sobre partidas a las últimas ediciones y creo que con lo que has comentado, se me elevan esas dudas al cuadrado jejeje
    1-taaaan determinante es quién empieza o la/s primera/s tiradas de dados? Por lo que dices, incluso uno de tus oponentes te ofreció empezar de nuevo la partida. No es muy extremo ese todo o nada? Igual es por mi visión de Fantasy donde casi cualquier partida se puede levantar pese a lo mal que te vayan las cosas...
    2-lo de desplegar tan "escondidos" es porque las armas de disparo son tan Bestias (con mayúscula) que directamente te pueden bajar un Be'lakor como comentas? (eso explicaría lo de esas tiradas clave del primer turno)

    Muchas gracias por adelantado y un placer leerte!

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    1. En comparativa con lo que más sabemos (fantasy) es sumamente destructivo y eso que en décima han bajado el potencial ofensivo bastante, porque en novena estaba jodidamente descontrolado. Desplegar escondidos es por la destrucción pero ahí si me parece que está bien representado el punto de que no es una batalla campal en terreno abierto y, si juegas así, te vuelan rápido XD

      El que empieza primero no es tan determinante como antes pero sigue siendo una ayuda, sobre todo para llevar la iniciativa como yo la quería llevar. Lo demás no es tan relevante, si empiezas más o menos escondido, o más defensivo, puede darte igual quien empiece porque no va a matar tanto. A Belakor no lo bajé en ese turno como quería y le pegué con un cuarto del ejército jajaja antes los monstruos grandes tenían que tener algo para aguantar o, directamente, no lo veías nunca, como le pasaba a Magnus
      Eso sí, algo habrá porque en fantasy me solía venir mejor ir segundo para ir acondicionándome al rival

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