martes, 12 de septiembre de 2023

[Escalada de los lectores] La escalada de Duffman: Agosto 2023

 ¡Buenos días! La temporada de torneos postverano ya coge carrerilla y hay mucho que hacer, ya que además las bases se vuelven más y más originales. Este mes Duffman en la escalada de los lectores amplía sus ejércitos y nos trae trasfondo, pero además ha tenido que profundizar en el aspecto de la escenografía.


Buenos compañeros del hobby que formáis la fina línea de defensa contra la marea gris, aquí Duffman.

Capítulo 8: Pateando en los reinos fronterizos

El ruido de las cabezas cercenadas chocando entre ellas en el cinturón de Achrag producía un macabro sonido rítmico conforme el paladín de Khorne caminaba. Él y su banda se había internado en los reinos fronterizos camino a los reinos enanos. Para saber cómo habían llegado hasta allí desde la lejana Norsca sería necesario contar una larga historia de matanza, aventura y sangre. Pero sobretodo de búsqueda, marcialidad y adoración.

Búsqueda de la grandeza y el favor de su Dios mediante la recolección de cráneos. Pero Achrag se distinguía de los otros paladines del Señor del Trono De Bronce porque su adoración la ejercía a través de la más absoluta y pura disciplina marcial. Un aspecto que se tiende a olvidar, opacada por la masacre sin sentido de la mayoría de adoradores, pero que también representa a Khorne.

Achrag buscaba los mejores rivales, de todas las razas, para mostrarse digno del Dios de la Sangre. Y las cabezas de druchii, humanos, asrai, e incluso de un troll en su cinturón así lo atestiguaban. Sin embargo, no había encontrado aún un señor enano digno de su colección. No había tenido la oportunidad de enfrentarlos y se dirigía a sus reinos para poner remedio a dicha falta.

Pero, los caminos del destino son inescrutables, al menos, para la mayoría, aunque siempre ofrecen la oportunidad de derramar sangre: Un grupo de arqueroz orcoz habían descargado una andanada de flechas desde un risco cercano. Teóricamente pretendían impactar sobre la compañía de guerreros del caos, pero para hacerlo, deberían haber apuntado varios metros, quizá un centenar, más lejos. Lo que pretendía ser una emboscada, se había convertido en una tangana entre pielesverdes cuando unos y otros se empezaron a echar la culpa del fracaso del ataque.

El paladín de Khorne se decepcionó al ver que no tendría un combate digno. Simplemente una carnicería. Afortunadamente para él, un nutrido grupo de guerreros orcos emergió de entre los árboles cercanos gritando y farfullando mientras cargaban hacia él y su compañía con sus enormes rebanadoras. Y lo mejor de todo, un enorme orco los lideraba aventajando al resto a la carrera.

El impacto entre los dos grupos fue brutal. La violencia salvaje e imparable de las bestias verdes frente a un orden y disciplina nada esperable de unos adoradores del Dios de la Ira. Los guerreros del caos formaron un impenetrable muro de escudos y mantuvieron la posición. El impacto de la marea verde se estampó contra el rompeolas que formaban aquellos guerreros. Simplemente por número, alguna rebanadora impactó en el yelmo de alguno de ellos, pero antes de que su cuerpo cayera al suelo otro caótico ocupaba su lugar.

Una vez detenido el ímpetu inicial, a una sola orden, la formación se abrió al unísono, y los guerreros del Dios de la guerra pasaron al ataque. Pero no como lo harían unos berserkers enajenados, si no como auténticos maestros de la esgrima forjados en décadas de combates. Sus movimientos eran ágiles y rápidos. Mucho más de lo que se esperaría de seres de su tamaño y completamente acorazados. Muchos orcos cayeron en el primer golpe, pero la gran cantidad de ellos hizo que las dos fuerzas se entremezclasen convirtiendo el combate en un pulso entre número y brutalidad frente a habilidad y experiencia.

Los guerreros del caos iban cayendo, pero a un ritmo insuficiente. El ímpetu de los orcos comenzaba poco a poco a decaer. Su número no era suficiente para tan formidable enemigo.

Sin embargo, su líder Rotgultz por fin se encontró con Achrag. Y el combate alrededor se detuvo.

El paladín observo a su contrincante unos segundos: Admiraba la perfección que había en la brutalidad de esa bestia. Cada músculo de aquel ser era un engranaje de una máquina de guerra perfecta. Sin embargo, le pareció un desperdicio que estuviesen al servicio de un ser tan simple mentalmente.

El rugido de Rotgultz abalanzándose sobre él le sacó de sus pensamientos, pero el caótico ya tenía clara la táctica a utilizar: Esquivó el golpe con facilidad, mientras le asestaba un tajo en la espalda con su espada. El combate debía ser breve, no podía esperar cansar o agotar a semejante contrincante a base de fintas y evasión. Así que repitió la táctica un par de veces más con sendos tajos en la pierna y brazos del orco. La bestia estaba muy lejos de ser derrotada pero sí que comenzó a moverse un poco más lenta. Solo un poco, pero eso era más que suficiente: Cuando el pielverde volvió a atacar, Achrag hizo el amago para hacer una nueva finta, pero en el último momento, volvió al centro del eje de ataque con la espada apuntando hacia adelante, y con el propio ímpetu del orco, penetró en su cráneo por un ojo.

La enorme mole musculada cayó de rodillas entre espasmos y una respiración arrítmica. Achrag le dio la espalda y alzó la mirada al cielo, sintiendo que su Dios lo observaba. Era en ese el único momento, con su enemigo derrotado, cuando dejaba que el orgullo se apoderase de él durante unos segundos. Los orcos alrededor comenzaron a caminar hacia atrás mientras el miedo se apoderaba de ellos.

El enorme dolor que sintió a continuación era desconocido para él.

El crujido de su coxis al romperse junto con parte de su cadera resonó en todo el valle. El impacto de la enorme bota metálica del Rotgultz encontró un hueco más débil en la armadura del paladín a la altura del glúteo.

Primero fue el desconcierto el que se apoderó de Achrag. Debería haber sabido que el cráneo de un orco es mucho más grande que su pequeño cerebro. Aunque le hubiese atravesado el ojo, esto no era un problema tan grave para ellos como para otras razas.

Luego le siguió el pánico al ver como su tren inferior no le respondía y su cuerpo caía al suelo al intentar caminar.

El miedo fue el siguiente al notar que su contrincante le cogía el brazo mientras él yacía indefenso.

Y finalmente el terror se apoderó de él, cuando este se desprendió de su cuerpo al ser arrancado brutalmente por el pielverde.

-        “Brutal, pero aztuto.” Fue lo último que escuchó.

Quizá en verdad los orcos fuesen los guerreros perfectos. Podrían ser los verdaderos y auténticos heraldos de Khorne. Pero ese Dios era simplemente “un pelele con pinchoz y eztreñido” al lado de Gorko y Morko.

Y donde antes había una peña de orcos titubeantes ahora había una masa de guerreros que entre carcajadas volvían al combate. Apoyados por sus compañeros arqueroz, que se unieron a la refriega cuando se dieron cuenta que serían más efectivos con sus rebanadoras que con sus arcos, aniquilaron a los caóticos.

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El ejército de no muertos llegó por fin a los Reinos fronterizos después de atravesar las montañas. Por un lado, los muertos de algún cementerio cercano eran despertados para poco a poco ir ampliando la horda. Por otro, los murciélagos ejercían de exploradores adelantados junto con los lobos espectrales.

Otto y Hansel no tenían claro si algún reyezuelo o señor de la zona les atacarían, aunque evitarían pasar cerca de las ciudades.

Lo que no sabían era que un pequeño pielverde los observaba desde la lejanía mientras sostenía un antiguo medallón que había pertenecido al propio Otto. Kubolz Muerderodillas se dirigió a su campamento para informar de la llegada de viejos conocidos.               

 

 






Loz Patea Culoz de Rotgultz. Los chicoz de sexta y un orco de la banda de underworlds como jefe. Debería cambiarle la peana porque solo encaja en un lado de la fila. Por otro lado, el estandarte pretendía contar la historia del bueno de Rotgultz, pero creo que debería haber elegido otro fondo (en lugar del azul) para que resalte más el dibujo.






Las peanas clásicas, añadiendo los de la banda de necrófagos de underworlds y alguno más que tenía en la caja de restos. Eso sí los soportes metálicos los recorté y los sustituí por varilla plástica transparente.








Para el torneo de Entre Viñas es necesario llevar un elemento de escenografía. Tiene consecuencias tanto para la puntuación final (De 0 a 2 puntos sobre unos 57) como para defenderlo mientras profanas el del rival durante todas las batallas (aportando sus respectivos puntos). La cripta es del set del jardín de Morr, las tumbas de Greenstuff, zombis clásicos, esqueletos de la dotación del lanzacráneos antiguo y una espectro de la gama de AOS. Los muros son del set de “vallas y muros” de GW que ya tenía pintados de meses anteriores.



¿Cuándo realmente puedes decir que has pintado todos tus zombis? Voy juntando restos varios y poco a poco sigo ampliando la colección. Nunca hay suficientes, sobretodo como tengas una batalla con amplia superioridad mágica y suerte en los dados.

Y con todo esto, veamos el mes de agosto:

Entradas:  4 (Imperium)

Ventas: 1

Pintadas: 21 Guerreroz Orcoz + Cementerio (7 mini y 1 cripta; 8) + 3 peanas de murciélagos (cuento como 4 minis porque incluye una figura de la banda de underworlds) + 2 Zombis = 35

Estado de objetivos:

1.      Balance: Acumulado – Compras + Ventas + Pintadas = -165 - 4 + 1 + 35 = -133

2.      Condes: 2003 + 180 (3 Peanas murciélagos) + 12 (2 zombis): 2.195/2500 puntos (89%)

3.      Imperio: 20/20 miniaturas (100%) Completado.

4.      Bonus:

a.      Orcos y goblins: (27 + 21 = 48 miniaturas/381 + 175 = 556 puntos) (100%). Sin valor objetivo

b.      Escenografía (4 muros) y un cementerio completo (7 minis y la cripta) (100%). Sin valor objetivo

5.      Partidas: 12+4: 16/12 (133%) Completado.

Otro mes consecutivo con balance positivo, pero con ritmo insuficiente si quiero arreglar el desastre de los meses anteriores.

En la parte de las partidas, he librado 4: Contra los nuevos silvanos de Puchi, Legión Demoníaca, Imperio y los Orcos y Goblins de Gabriel. El objetivo era preparar y ajustar la lista para el torneo de Entre-Viñas. Habría que hablar de las bases de ese torneo, que son complejas y curradas a más no poder, y me encantan, pero como siempre sería extenderme mucho.

Las batallas con más o menos suerte fueron bien excepto un empate contra la horda de chicoz del tío Gabri. Así que espero que no se cumpla lo que me ha pasado más de una vez: Batallas de prueba genial, llegar al torneo, y hacer el ridículo. Lo que sí puedo decir es que me encanta la fase de aprendizaje en la que estoy, tanto de ir descubriendo ejércitos, unidades y estrategias con cada enfrentamiento, como intentar corregir los errores que voy cometiendo.

Así que nada, espero contaros el mes que viene como fueron mis andanzas por Logroño.

Un abrazo y Warhammer.

Duffman

4 comentarios:

  1. Me encanta el estandarte. No te preocupes por los colores. Cómo decía Picazzo, hacen falta 4 años para pintar como Rafael, pero se necesita toda la vida para aprender a pintar como un orco.

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    1. Jajaja muchas gracias Arturo. Un tío sabio. La verdad es q si estuviese bien sería zozpechozo para un orco. Aún así espero mejorarlos en el futuro.

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  2. bueno, bueno, ¡escaladón! A mí me han gustado muchísimo los colores de los orcos, en particular los azules, rojos y el verde radioactivo amarillento. Un diez. Y los murciélagos, creo que es obra tuya que uno arrastre un torso sanguinolento… Espectacular.

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    1. Muchas gracias Barón! Me alegro de q te haya gustado. La mini de los murciélagos es la de la banda de necrófagos de underworlds. No tuve q conversionar nada, solo recortarle la peana redonda. El verde de los orcos es de un esquema q me aconsejaron, pasando de verde a iluminar con amarillo q hace q en mesa destaque bastante. Si necesitas cualquier info me comentas sin problema. No entro en detalles q bastante turra doy ya con el trasfondo.

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