domingo, 9 de abril de 2023

[Escalada de los lectores] La escalada de Duffman: Marzo 2023

¡Buenos días y espero que sin madrugones! Hoy vamos a seguir profundizando en la oscuridad que esconde el Imperio (una de tantas) con la escalada de los lectores de Duffman, que nos trae nuevos y variados avances, aunque pese a ello tiene una acumulación de moñecos que solventar.


Buenas de nuevo navegantes de mares grises, aquí Duffman. En las reflexiones de febrero comentaba la cantidad de cosas que supuestamente nos esperaban este año y que solo faltaba que volviese “La Posada Del Martillo”. Pues bien, el Primarca de Fantasy ha regresado cual Lion El´Jonson. Madre mía que increíble y maravillosa casualidad. Dicho esto, trasfondo, minis y balance:

Capítulo 3: Reyes y Doncellas

La tenue luz de las velas proyectaba las sombras de tres figuras femeninas que se erigían frente al altar de la ermita de Morr. Alyssa Von Drak, en el centro, miraba la puerta con cierta impaciencia y nerviosismo junto a sus dos doncellas acompañantes. La espera terminó, cuando una cuarta mujer entro en la estancia. Sus ropas estaban manchadas por el barro, y el pelo se le pegaba en la cara debido al agua de la lluvia y el sudor. Sin embargo, nada de eso era capaz de ocultar su belleza. Dafne von Drak, hija de Leopold Von Drak, saludó a su prima con una sonrisa agotada.

-        “Gracias Alyssa. Te mentiría si no te dijese que en algún momento pensé que no encontraría a nadie aquí. Pero no tenemos mucho tiempo, ¿Está todo listo? ¿Has contactado con el barquero? Por la mañana deberíamos estar al otro lado del Upper Reik.” Dijo la recién llegada.

-        “Todo está dispuesto.” Dijo Alyssa con seriedad y comenzó a navegar en sus pensamientos una vez más: Envidaba a su prima.

Decir que la inteligencia de Dafne destacaba sobre el resto de los Von Drak, en principio no era decir mucho tratándose de una familia que había demostrado durante años su ineptitud e indolencia para el gobierno de Sylvania. Sin embargo, Dafne era extraordinaria. A pesar de las pocas posibilidades que tenía de gobernar algún día, se había formado por iniciativa propia desde pequeña. Pasaba horas y horas en la biblioteca y había viajado a otras ciudades imperiales como Nuln y Talabheim, que en los tiempos de guerra que corrían decía mucho de su audacia y perseverancia. También se había convertido en una experta cazadora, esgrimista y rastreadora, gracias a su habilidad para mezclarse tanto con la soldadesca como con el campesinado. Por otro lado, su conocida devoción a Morr le granjeaba cierta simpatía entre el populacho.

Pensándolo bien, no era tan raro que Dafne hubiese descubierto la espiral de corrupción en la que había caído su familia. Una corrupción más allá de la salvación. Mientras el resto de sus parientes se rindió uno a uno a la influencia del marido de Isabella, ella había sabido mantenerse alerta y observar.

Cuando descubrió lo que estaba pasando, decidió solo confiar en la propia Alyssa, pariente lejana casada con un noble de Averland de no muy alta cuna, y por ello alejada aún más de disputas sucesorias, aunque con cierta influencia fuera de Sylvania. Necesitaba su ayuda para escapar de Drakenhof, sin levantar excesivas sospechas con la excusa de visitar a su pariente. Así podría cruzar el Imperio y contactar con los condes de las distintas provincias e incluso con la iglesia de Sigmar. Debía informar de que Sylvania pronto estaría gobernada por vampiros.

-        “Entonces pongamos en marcha. ¿algún contratiempo Alyssa?” Preguntó la recién llegada mientras enrollaba su cabello para estrujarlo y conseguir escurrir toda el agua posible.

-        “Como he dicho, todo está dispuesto”. Repitió.

 

Entonces, dos soldados aparecieron por la puerta y la cerraron desde dentro.

El gesto de Dafne se volvió rígido e instintivamente se llevó la mano a la empuñadura de su espada.

De detrás de las columnas aparecieron otros cuatro y un hombre con una toga y un candelabro con varias velas.

-        “Por las evidencias encontradas de alta traición, se condena a Dafne Von Drak, hija Leopold Von Drak, a muerte.”

Dafne no tuvo tiempo de responder, puesto que ya tenía a los soldados cargando contra ella. Consiguió despachar al primero con un tajo en la cara, esquivó al segundo con una finta y le encajó un golpe en el muslo. El tercero ya estaba prácticamente encima, pero alzó la espada suficientemente rápida para ensartársela en el pecho. Sin embargo, esto la dejó desarmada, y antes de poder sacar su cuchillo, un guantelete le golpeó la cara partiéndole la nariz. Dafne cayó de rodillas aturdida y los soldados la apresaron.

-        “¿Por qué haces esto Alyssa?”. Balbuceó Dafne cuando consiguió reponerse tras escupir algo de sangre.

-        “Siempre te creíste mucho mejor que yo, pero esta vez no vas a engañarme. Todas aquellas mentiras sobre la familia no eran sino una forma burda de conseguir heredar el mando de la casa Von Drak. Afortunadamente, Isabella me envió una carta advirtiéndome de tus intenciones.”

-        “¡Estás cometiendo un error! No se trata de herencias, ni siquiera de la familia. El Imperio está en peligro. He visto quien es realmente ese hombre y lo que le ha hecho a Isabella.”

-        “¡Basta de mentiras! Esto termina aquí. A diferencia de ti, siempre he sido fiel a los míos.”

Alyssa sacó un puñal y lo clavó profundamente en el pecho de Dafne. Esta gimió de dolor, pero apretó los dientes con rabia evitando gritar.

-        “Sea así entonces. Solo le pido a los dioses, que os concedan una vida eterna de servidumbre a vuestros nuevos amos, Alyssa.” Dijo Dafne ensangrentada, derrotada, a punto de dejar escapar su último aliento, pero manteniendo una sonrisa orgullosa y más nobleza de la que su asesina podría tener jamás.

Y solo los dioses saben si intervinieron o no, pero las paredes de la pequeña ermita comenzaron a crujir mientras el medallón de Morr que Dafne portaba en el pecho comenzaba a brillar.

Los soldados supervivientes, el falso juez y las doncellas corrieron entre gritos hacia la puerta hasta que se dieron cuenta que la llave estaba en uno de los cadáveres de los muertos. Buscaron con desesperación mientras el techo comenzaba a desmoronarse. Alyssa miró con terror a su prima, la cual yacía en el suelo con una sonrisa.

Nadie consiguió salir de aquel templo antes de que se derrumbase.

 

La historia se repetía una y otra vez en su mente llevando a la doncella espectral a una agonía infinita. Agonía y odio. Un insaciable odio a los vivos. La acompañaba una hueste de espectros formados por antiguos soldados, doncellas y un ser portador de velas.

El espectro podía ver tres almas frente a ella, a las que no podía hacer otra cosa que obedecer a pesar de las ganas que tenía de arrancárselas de su cuerpo mortal.

La del centro era joven, y la mancha de los vientos de la muerte era aún pequeña, pero en crecimiento. La segunda, a su derecha, mostraba una mayor adhesión al saber de Shyish. Por último, la tercera, a su izquierda, era antigua, muy antigua y poderosa. Era el poder puro de la muerte en su forma más salvaje.

 

Otto Waismann, observaba los espectros. Hace unas semanas le hubiesen aterrorizado, sin embargo, a estas alturas estaba comenzando a acostumbrarse a ver todo tipo de criaturas.

A su izquierda, su antiguo maestro: Karl Hansen. El reencuentro con él, rodeado de zombis y necrófagos, había sido cuando menos inesperado. Tras el shock inicial y pasados varios minutos, horas y días de conversación, Otto había conseguido comenzar a entender la situación, aunque no por ello estaba menos consternado.

Karl le había explicado que el tiempo, no solo del Imperio, sino de muchas más cosas parecía llegar a su fin. Eran tiempos desesperados que requerían las medidas más desesperadas e inconcebibles. Una orden formada por magos de varios colegios, eruditos, ingenieros e incluso miembros radicales de la Iglesia de Sigmar, se dedicaban a investigar al resto de razas. En concreto a su relación con la magia, para comprender, y en última instancia, usar contra ellos, su propio poder. Hasta ahora los resultados habían sido pésimos. Un mago del saber de las bestias consiguió infiltrarse en un culto a un dios del norte dedicado a los placeres más desbocados y la obsesión más desmedida. Destapó y denunció no uno, sino tres de estos grupos a las autoridades, para finalmente descubrir que el propio mago se había convertido en un servidor del Dios de la plaga y la enfermedad, estallando en miles de gusanos cuando un sacerdote de Sigmar lo acusó de herejía. Otro grupo de eruditos se dirigió al sur, a Tilea, para investigar la extraña raza que se dice vive en las marismas al oeste de Miragliano. Solo uno regresó con el cuerpo lleno de pústulas contando historias balbuceantes y sin sentido sobre millones de ratas que hablan, antes de morir con un icor verde saliéndole de la boca.

Solo Karl estaba teniendo un éxito relativo en el estudio del saber de la nigromancia. Lo que no había dicho aún a la orden es que contaba con un “aliado” para ello.

Urlash, príncipe de la antigua Mourkain, se alzaba a la derecha de Otto. Solo Karl sabía por qué una criatura tan salvaje, terrorífica y brutal no los había devorado aún. El maestro le había explicado a Otto que la “amistad” entre el propio Karl y el vampiro se forjaron varios años atrás.

Karl fue capturado por el Strigoi cuando investigaba unos túmulos al sur de Pfeildorf. Solo el ser el postre de un menú formado por más desdichados retenidos, le dio algo de tiempo para pensar. Mientras devoraba al resto de humanos, Karl, desesperado, comenzó a hablar con su captor. Se decía que, aunque monstruosos, estos seres tenían más nobleza en su interior de la que podrían tener otros vampiros aparentemente más “humanizados”. Pensando en todo lo que sabía sobre aquellas criaturas nombró las tierras del Sur. Eso atrajo la atención de su anfitrión. Tras unos minutos de conversación dramáticos, Karl se comprometió a llevarle una vieja reliquia, que se encontraba en el museo de Altdorf. Aquel objeto se decía, pertenecía a un antiguo y glorioso reino perdido en el tiempo, en plenas tierras yermas. El vampiro, sabiendo que podría destripar al mago cualquier noche perdida en cualquier lugar si este no cumplía su palabra, aceptó el trato. Como Karl consiguió robar aquel objeto es otro misterio, pero lo cierto es que cumplió con su parte complaciendo al vampiro. Y tras varios años de “concordancia”, ahí estaban los dos, enseñando a un joven advenedizo el poder de la muerte.

 

Alyssa Von Drak




La cohorte de Alyssa Von Drak



Simplemente comentar que intenté representar a las doncellas acompañantes, y al juez que acompañaban a Alyssa aquella fatídica noche.

Karl Hansel, maestro de Otto Waismann




Urlash, príncipe de Mourkain





Tenía que sustituir la piedra en la que se apoya el vampiro cuando no va montado en el engendro del terror, porque no me cabía en la peana. Casi por casualidad, me salió esta conversión, que intenta representar el momento en el que el vampiro, “camuflado” entre la horda de patéticos (y simpáticos) zombis, se abalanza a por su presa.

               Los “caballeros” Mourkain






Luthor Huss (Sacerdote guerrero a caballo)




¿Qué hace este agradable y risueño señor aquí? El motivo es que el 15 de abril me apunté al torneo organizado por el Clan Kharnuz, el cuál es de sexta pura. Por ello, debo de pintar alguna unidad más, aparte de que siempre me gusta probar cosas que no he usado en cada torneo. El otro día oí decir que los torneos son la mejor motivación para pintar. Y no me parece desencaminado.

Por último, comentar que realicé casi todas las bases de movimiento del futuro ejército.

                                                                   



Veamos los números de marzo:

Entradas:  57

Ventas: 0

Pintadas: 1 doncella, 9 espectros, 1 nigromante, 1 vampiro con acompañantes (3), los horrores con sus amigos (7) y Luthor a Caballo (2) = 23

Estado de objetivos:

1.      Balance: Acumulado – Compras + Ventas + Pintadas = -44 - 57 + 23 = - 78

2.      Condes: 427 + 90 de la doncella + 195 de los espectros + 65 del nigromante + 80 del Neonato Strigoi + 171 de los horrores. 1.028/2500 puntos (41,12%)

3.      Imperio: 2/20 miniaturas (10%)

4.      Bonus: Orcos y goblins (0%)

5.      Partidas: 2/12 (16%).

En el apartado de entradas he tenido que contar las minis de Imperium que me llegaron el mes pasado y las de este. Además, al tener la subscripción, este mes ha llegado el lote de Tau. Así que se ha montado el drama, porque mientras siga la colección va a ser dificilísimo alcanzar el balance positivo. Por otro lado, dije el mes anterior que no iba a pintar casi, aunque afortunadamente no ha sido así. Pero si a pesar del esfuerzo, el balance es negativo… Tenemos un problema. Veremos a ver como lo apañamos (Quizá pintando 90 goblins algún mes hasta que me salga espuma verde por la boca).

Nota de Cordo: No lo recomiendo...

Sin más que decir, espero como siempre que os haya entretenido al menos un poco y gracias por la oportunidad que me ha dado Leyendas en miniatura, y a la acogida de la comunidad.

Un abrazo y Warhammer.

Duffman

2 comentarios:

  1. Brutal el trasfondo, como siempre. Me ha encantado la historia de Alyssa von Drak y cómo se refleja en las minis. Igual te copio y me hago una hueste espectral con esas mismas minis que tengo ni sé por qué xD.

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    1. Muchas gracias Cneus. Nada, intenté reflejar q cometía un acto horrible y por ello se convertía en doncella espectral. Pues me parece perfecto q lo copies, esas minis están a patadas por wallapop. A saber de donde las has sacado jaja, a mi me las regalaron y ese uso les he dado.

      Un saludo!

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