jueves, 15 de febrero de 2024

[TRASFONDO] Serge du Soran (V Torneo Leyendas en Miniatura)

¡Buenos días criaturas oscuras! Esta vez volveremos a internarnos en la noche con este extenso relato de trasfondo con el que Sylcred desarrollaba sus personajes y ejército del V Torneo Leyendas en Miniatura. No son la Dama y el Caballero Verde las únicas criaturas sobrenaturales en Bretonia...





Cuando un caballero decide emprender la búsqueda del grial es plenamente consciente de los sacrificios que tiene que hacer y de los riesgos que conlleva. 

Serge du Soran conocía perfectamente todos ellos, y aún así decidió recorrer Bretonia a lo ancho y largo para poder beber de ese preciado cáliz. 

En uno de esos viajes, al anochecer, mientras regresaba a la posada en la que se hospedaba, un niño se le acercó corriendo. 

Serge se detuvo mientras se acercaba aquella pequeña criatura. 

- Señor caballero, señor caballero. Un encapuchado me ha pedido que le diga que quiere batirse con usted en un duelo. Le espera a las afueras del pueblo. Daba un poco de miedo… 

¿Acaso se trataba de una broma? - reflexionó Serge - llevaba ya algunos días en el pueblo ayudando a los habitantes, pero la expresión de miedo del niño se veía bastante real. 

- No te preocupes pequeño, ahora me acercaré allí, tú vete a casa. 

Cuando llegó al lugar indicado una figura le esperaba junto a un pozo abandonado, se giró hacia él y le espetó mientras se levantaba: 

- Así que aún queda honor entre los caballeros de Bretonia, me parece algo admirable. 

Serge desenfundó el mandoble que portaba y apuntó hacia la misteriosa figura. 

- Muestra tu rostro si en verdad quieres enfrentarte a mí, te aviso que no me contendré. 

La luz de la luna cubrió el pequeño camino en el que se encontraban, el encapuchado apartó los harapos que le cubrían y mostró que portaba una armadura así como una espada larga.

Aún desde la distancia a la que se encontraban Serge pude discernir la tez pálida, los ojos rojos y los colmillos de esa criatura, se trataba de un vampiro. 

Como caballero no podía dejar que esta criatura maligna pusiera en peligro la vida de los ciudadanos de Bretonia, cargó sin dudar blandiendo su mandoble. 

El vampiro lentamente se puso frente a él, justo para esquivar el ataque en un último momento. 

Serge vió como el vampiro se llevaba la mano a la boca en señal de aburrimiento mientras le observaba de reojo. 

- Llevo observándote unos días y me había dado la impresión de que eras fuerte pero ya veo que me equivocaba. 

Henchido de rabia, Serge intentó volver a propinar un golpe al vampiro. Este lo detuvo con un grácil movimiento de su brazo izquierdo mientras atravesó con su espada el torso del caballero.

La armadura apenas pudo retener la fuerza del golpe, una bocanada de sangre salió de la boca de Serge mientras notaba como perdía las fuerzas y soltaba su arma. 

El vampiro puso una mueca de desprecio en su rostro, ya no quedaban rivales a su altura pensó mientras miraba al caballero ensartado y cabizbajo. 

Serge sacó fuerzas de donde no las tenía y profirió un grito mientras avanzaba clavándose más el arma para propinar un cabezazo al vampiro que lo pilló de sorpresa y le hizo retroceder soltando el arma.

Jadeante e incapaz de mantener la verticalidad por completo, el caballero aún miraba desafiante al vampiro. 

- Oh vaya, vaya, parece que me equivocaba, sería una gran pérdida que muriera un luchador tan aguerrido como tú. 

Se abalanzó hacía él, derribándolo, y hundió sus colmillos en su cuello. No para beber su sangre, si no para paralizar sus músculos. 

Acto seguido abrió la boca del caballero a la fuerza mientras clavaba sus colmillos en su propia lengua, unas pequeñas gotas cayeron hacia la boca del caballero que no pudo resistirse. 

El beso de sangre había sido completado, recogió su espada y arrastró con facilidad al caballero de los ropajes que llevaba hasta las profundidades de un bosque cercano. 

- Serán 2 o 3 días en los que te encontrarás fatal… pero luego verás como incluso una herida como la que acabo de hacerte no serán más que rasguños que podrás curar con facilidad. Sigue entrenando, me gustaría volver a enfrentarme a tí en un futuro, tienes potencial. 

Serge, todavía inmovil por el mordisco del vampiro, lo maldijo a la vez que prometía que acabaría con su vida. 

- ¡TU NOMBREEE MALDITO! - Le gritó. 

La figura se giró un momento mientras se marchaba. 

- Wallach, eso es todo lo que necesitas saber. 

Tras ello, Serge la perdió de vista mientras su sombra se fusionaba con el resto de la oscuridad reinante. 

Si Serge du Soran había tenido algo claro, es que a pesar de haberse convertido en vampiro, no iba a faltar a su palabra e iba a seguir protegiendo a las gentes de Bretonia. 

El antiguo caballero andante ahora deambulaba por las noches para intentar saciar una sed incontrolable. 

Al principio intentó beber sangre de animales pero esta sangre no era capaz de calmar su sed, pronto entendió que debía alimentarse de sangre humana para no perder la cordura. 

En vista de esta necesidad, decidió seguir fiel a su honor y decidió que no atacaría a inocentes. Su presa serían aquellos asesinos, violadores y demás malhechores que vivían al margen de la ley. 

Los cadáveres de estos malhechores empezaron a levantar sospechas, así que se vió obligado a vagar e ir escondiéndose por diferentes partes del reino. 

En sus viajes llegó a encontrarse con otros vampiros del Clan Dragón Sangriento, neonatos que buscaban perfeccionar su arte marcial y le desafiaban a un duelo. 

No tuvo piedad, no solo los derrotó, si no que además también bebió de su sangre. 

Aunque la sangre de otro vampiro tenía un sabor asqueroso, Serge convirtió esto en una especie de ritual. 

Con cada vampiro derrotado, gotas de la sangre de Abhorash, el primer Dragón Sangriento, eran absorbidas por Serge. 

Con el tiempo fue notando que con este ritual tanto sus reflejos como su habilidad con las armas se habían visto incrementadas. 

Una temporada estos enfrentamientos con vampiros se vieron incrementados de forma inusual. 

En uno de estos combates Serge desarmó a uno de ellos y le preguntó al neonato Dragón Sangriento que era lo que estaban buscando. 

- Wallach dice que en estas montañas mora un dragón, nos ha encomendado la misión de conseguir su misma hazaña: Matar al dragón y beber de su sangre para calmar por siempre la sed. 

Acto seguido Serge con un suave movimiento cercenó la cabeza del vampiro, ¿Había una forma de escapar de la necesidad de beber sangre? ¿Podría derrotar a un dragón con su nuevo poder? - se preguntó. 

Ahora tenía un nuevo objetivo, derrotar al dragón sería liberarse del yugo que le tenía atado, podría continuar vigilando y protegiendo Bretonia en la noche, sin la necesidad de sufrir ese ansia por la sangre. 

Aunque tardó unas semanas pudo confirmar que el rumor era cierto, el cubil del dragón existía. 

A pesar de estar dormido en un letargo, el dragón sintió la amenaza del vampiro aproximándose y despertó. 

Cuando notó que el primer espadazo no se hundió del todo en la piel del dragón, entendió que iba a ser una lucha de desgaste. 

Mientras grácilmente esquivaba los torpes ataques del dragón, el vampiro iba mellando las defensas cortando tendones y levantando escamas del pecho de la criatura. 

En un último intento, el dragón inhalo aire para invocar su aliento, mas en ese momento bajó la guardia y el vampiro saltó con su mandoble para hundirlo en el corazón del dragón. 

La criatura se derrumbó y Serge obtuvo su preciado premio: la sangre del dragón. 

En la cueva el vampiro pudo observar que entre los diversos tesoros que guardaba el monstruo se encontraban varios objetos mágicos, así que hizo acopio de ellos. 

La sangre del dragón no solo le otorgó la paz de no tener que preocuparse por alimentarse más. Sin que apenas Serge lo notase, un oscuro poder estaba creciendo en su interior. 

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Las criaturas de la noche tenían espías en todas partes, y Derclys, el nigromante, sabía muy bien que la información era poder. 

Cuando huyó después de que acabaran con su señor en Sylvania, tuvo que recorrer muchos kilómetros hasta que por fin pudo abandonar las tierras imperiales. 

Su ansia de conocimiento equivalía a sus ansias de venganza contra aquellos cazadores de brujas, solo lamentaba no tener más poder. 

- Si estuviera a lomos de un dragón zombi, nadie se interpondría en mi camino.- se dijo en voz alta. 

Los dragones no abundaban en la actualidad, matar a un dragón era una labor que él no podría hacer, ni con un ejército de zombis, y resucitar a un dragón zombie era algo imposible con su poder actual.

Sacó un pequeño palantir que llevaba e intentó escudriñar en él, no tenía esperaba encontrar ninguna visión pero aún así decidió probar suerte para ver que poderes oscuros había en los alrededores. 

Allí pudo ver una borrosa visión de un vampiro que pasaba junto al cuerpo inerte de un dragón y abandonaba la cueva en la que se encontraba. 

Siguió escudriñando un poco más y vió como el vampiro se refugiaba en un antiguo torreón medio derruido. Había pasado cerca de él hace no mucho... 

Derclys decidió dar la vuelta y acercarse allí. ¿Podría ser su oportunidad? 

Antes siquiera de llegar al torreón, de entre los árboles salió una sombra que se colocó detrás de él, apenas se pudo girar cuando notó el leve pinchazo de un arma en su espalda. 

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Serge había desarrollado un sexto sentido, cuando abandonó el cubil del dragón, tuvo la sensación como si alguien le estuviera observando, pero en las proximidades no había nadie. 

Se refugió en un torreón hasta que desapareció esa sensación, por precaución decidió esperar fuera, hasta que finalmente una figura se aproximó al torreón. 

En un pestañeo se colocó detrás de la figura apuntándole con su arma. 

- Dime que te trae a estas tierras, si no me convence tu respuesta esas serán tus últimas palabras. 

El nigromante levantó los brazos para transmitirle su rendición mientras hablaba: 

- Soy Derclys y me gustaría hacer un trato con usted mi señor, se cuán grande es vueso poder ya que según tengo entendido ha acabado con la vida de un dragón. 

- Así que eras tú quién me estaba observando - le espetó el vampiro - ¿Por qué tendría que hacer un trato contigo? 

- Yo tengo muchos conocimientos pero no el poder para llevarlos a cabo, seguro que hay algo que pueda hacer por usted. - dijo el nigromante mientras lentamente se giraba sobre sí mismo para mirar al vampiro sin bajar los brazos. 

Este guardó su arma, no consideraba al nigromante una amenaza, al menos en ese momento, el nigromante también bajó los brazos. 

- Busco a un vampiro que responde al nombre de Wallach, tengo una deuda pendiente con él. 

El nigromante arqueó la ceja mientras sonrió. 

- Llevo varios meses viajando por el Imperio y precisamente he escuchado rumores… Tras muchos años, Wallach ha podido regresar a la Torre Sangrienta y está preparando su próximo plan. Mas si queréis enfrentaros a él vais a necesitar un ejército… 

Serge no se había planteado esa posibilidad, obviamente iba a necesitar más fuerzas para poder acercarse hasta Wallach con éxito, y él carecía de poder mágico, o al menos eso pensaba. 

Potenciado por la sangre del dragón y con la ayuda de Derclys, pudo manifestar correctamente la magia nigromántica, vislumbrando cómo manipular los vientos de magia. 

Algunos zombis se levantaron sobre sus tumbas, unos pocos necrófagos se acercaron desde un bosque cercano, varios murciélagos vampiro sobrevolaron el torreón, las criaturas de la noche se sentían atraídas por la magia nigromántica. 

Serge necesitaba caballeros para su ejército, así que emprendió una misión: Buscar caballeros caídos en desgracia tanto aquellos que seguían con vida, como aquellos que la habían perdido. 

A los que habían fallecido y decidió darles una segunda oportunidad para limpiar su honor y los invocó como caballeros negros. 

Por otro lado buscó a unos pocos caballeros noveles que hubieran caído en desgracia, algunos habían rechazado un duelo, otros incluso habían asesinado a un hermano mayor. 

Se batió en duelo con ellos tal y como en el pasado hubo hecho Wallach con él. Si ganaban recuperarían su honor al acabar con un vampiro, en caso contrario tendrían que servirle para toda la eternidad y respetar su código del honor. 

De esta forma estos impetuosos caballeros fueron convertidos en caballeros sangrientos. 

Faltaba la joya de la corona, Derclys había esperado mucho este momento, ascendió hasta el antiguo cubil del dragón junto a Serge y le guió en el ritual para reanimar al dragón. 

Fue todo un éxito, el dragón zombie se levantó y se acercó hacia Serge, su verdugo pero también su señor. 

- No habéis olvidado nuestro trato, ¿verdad? - le dijo Derclys a Serge. 

- Cuando tenga la cabeza de Wallach este dragón será tuyo, pero si lo usas para atacar inocentes, yo mismo acabaré contigo. - le respondió el vampiro. 

Derclys sonrió por dentro, no importaba si realmente Serge podía derrotar a Wallach, si perdía la vida buscaría la forma de recuperar el control del dragón y huir del campo de batalla. Así que pasase lo que pasase conseguiría su objetivo. 

Serge por su parte sabía que no podía confiar del todo en el nigromante, aunque se había convertido en un buen aliado y le había enseñado cómo manipular los vientos de la magia, estaba claro que sus ideales distaban muchos de los de un caballero. 

Por el momento ambos proseguirían el camino juntos, sin confiar al cien por cien en su compañero, pero con una misma meta: cumplir su venganza.



Comandantes

  • Señor del clan Dragón Sangriento en dragón zombi, de nivel 3, con escudo, Brazaletes de Oro Negro, Libro Maldito y Talismán Negro
Héroes
  • Nigromante de nivel 1 con Libro de Arkhan y Pergamino de Dispersión
Básicas
  • 9 necrófagos
  • 20 zombis con portaestandarte y músico
  • 19 zombis con portaestandarte y músico
  • 5 lobos espectrales
  • 5 lobos espectrales
Especiales
  • 10 caballeros negros con lanza de caballería, escudo, grupo de mando completo y Estandarte de la Condenación
  • 3 murciélagos vampiro
Singulares
  • 5 caballeros sangrientos con grupo de mando completo y Estandarte de la Legión de los Muertos

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