¡Buenos días! Como os adelantamos con el trasfondo de Jefe Orko, este año hemos tenido varios representantes en el Mundial de Warhammer (el de Navaridas, no el de Atlanta), y Fran el Calvo estaba tan emocionado con su participación que hasta nos preparó previamente un artículo con su lista bretoniana (que no bretoenana) y su refinado trasfondo.
Buenas amantes de los moñecos y
las cucharas.
Cuando leáis esto probablemente
BB Gran Jefe Orko y yo hayamos hecho una actuación épica en el torneo de los
compañeros de Pícnic en Drakenhof (o como los llamaría El Gortein Merienda con
Hasselhoff o barbacoa en Düsseldorf). Además, para completar la representación
legendaria irá Tapiator desde las tierras del norte.
Para esta ocasión he vuelto a
apostar por una Bretonia a pie atípica, similar a la que jugué en el torneo
interno en la anterior edición. En primer lugar os comparto la lista para que
os hagáis una idea de su nivelazo, una Bretonia contra la que no da pereza
jugar, algo extraño…
- General: Paladín a pie con voto del caballero, mangual, Virtud de la Empatía, Armadura
de Agilulf y Guanteletes del Desafío.
- Paladín Portaestandarte de Batalla: estandarte de Batalla, caballo con Barda, Voto del
Grial, Virtud de la Disciplina.
- Doncella de la Dama (Nivel 2) en caballo de guerra.
- Doncella de la Dama (Nivel 2) a pie con Icono de la Oración de Quenelles y 1
Pergamino de Dispersión.
- 5
Caballeros del reino con grupo de mando completo.
- 19
Hombres de armas con lanza, estandarte y músico.
- 11
Cazadores.
- Relicario
con 13 peregrinos de batalla.
- 3
Caballeros del pegaso con campeón y músico.
- 5
Hombres de armas a caballo con arco, escudo y músico.
- 16
caballeros a pie con arma a 2 manos, escudo y grupo de mando completo con
Estandarte de los Valerosos.
La idea es intentar aguantar en
el centro con los caballeros a pie (con el estandarte de los valerosos tienen
sangre fría) y el relicario donde irá el general, el gran Nalteg el Lento. Los
pegasos y los reinos deberían poder cargar a las unidades trabadas si todo sale
como lo planeado (que obviamente no será así). El porta de batalla en solitario
con el voto del Grial también permite acompañar cargas e incluso cargar en
solitario contra algún apoyo ya que con la virtud de la disciplina hace que el
enemigo no tenga el +1 de superioridad numérica, haciendo que junto al voto del
Grial sea bastante fiable contra unidades no muy duras aunque hay que tener
cuidado con sus 2 heridas.
Comentar que la lista sólo la
probé en una partida antes del torneo, 5 días antes contra Cordo y ya con todos
los plazos cerrados para posibles modificaciones. Conseguí un meritorio empate
contra los elfos oscuros de Edu que trajo una lista preparada para la ocasión.
Lo que más rindieron en esta
única partida de prueba fueron el porta de batalla en solitario y los
cazadores. El portaestantarte se llevó en el turno 1 bretoniano una caballería
ligera que se puso a distancia de carga y en el último turno la otra caballería
ligera y a una medusa que no pudieron ganarle en un combate múltiple. Además,
realizó una carga en solitario a los brujos fuegoletal, que decidieron huir y
no se reagruparon, así que él solo se llevó unos 500 puntos…
Los cazadores se mantuvieron en
su zona de despliegue solo moviendo un turno y consiguieron rebajar la unidad
de verdugos a menos de la mitad de su tamaño original, ganando la mitad de los
puntos al final de la partida.
El resto de las unidades
rindieron según lo esperado, el relicario con Nalteg dentro ganó un combate a
los guerreros con hechicera y luego se dedicó a pasear por el campo de batalla
mientras que los caballeros a pie ganaron 2 veces el combate frente al general
en carro, pero no pudieron atraparlo en su persecución y acabaron destrozados
por los verdugos al recibir una carga por su flanco.
Al final un empate con buen sabor
de boca, ya que en turno 2 bretoniano habían desaparecido ya la cuña del reino
junto a una hechicera y la caballería ligera. Otra vez de nuevo el relicario
fue el encargado de romper el centro del ejército rival y van unas cuantas,
cada vez me gusta más esa unidad…
Nota de Cordo: Realmente el relicario con Nalteg le hizo 0 heridas a los guerreros (el campeón me salvó 2 heridas a 6+), pero un pegaso que cupo en la esquina para ayudar se ocupó de hacerles el trabajo haciendo 3...
Como no podía ser menos, he
aprovechado la ocasión para acompañar la lista de un pequeño trasfondo,
retomando la historia del carismático e inofensivo Nalteg el Lento comenzada en
el anterior torneo interno de Leyendas en Miniatura:
La primera lanza de Bretonia
-
¡SI VAN A DISPARAR QUE APUNTEN AL CORAZÓN!¡ Y
AÚN ASÍ, LA DAMA NOS PROTEGERÁ CON SU BENDICIÓN! - gritó el caballero del Grial, conocido
como La Primera Lanza de Bretonia, mientras levantaba su pegaso en un
impulso majestuoso, dispuesto a cargar contra la incursión silvana del
arrogante general elfo Pétolas.
Nalteg el Lento, caminando
con su paso pausado sobre el suelo empapado de la campiña, observó desde la
retaguardia. Si algo igualaba la temeridad de La Primera Lanza de Bretonia, era
su inconfundible e inigualable teatralidad. Mientras los bretonianos se
preparaban para la primera sangre, el grito del caballero del Grial resonaba
con tal fuerza que su voz se alzaba por encima del estrépito de las armaduras,
los gritos de caballeros y plebeyos, los rezos fervorosos de los más devotos,
el retumbar de los cascos y el estruendo de los relinchos que llenaban el aire.
No obstante, el viento había
barrido los días de temeridad. Nalteg el Lento recordaba cómo, en sus primeras
batallas junto a la Primera Lanza de Bretonia, sentía tal pavor antes del
combate que no le quedaba ni mierda en sus tripas. Pero esos tiempos ya habían
quedado atrás. Ahora, los dos caballeros, veteranos de mil batallas con
victorias gloriosas, derrotas amargas y ecos de compañeros caídos resonando en
historias y melodías, luchaban hombro con hombro, sin alardes ni temeridades.
Juntos, guiaban a su mesnada con una fuerza más firme, con la tozudez y la
determinación de dos caballeros bendecidos por la Dama.
Otra noche más, Nalteg se
despertó antes de tiempo. El alboroto del campamento, mezclado con el grito
exhausto y el galopar de los hombres de armas a caballo, anunciando el
avistamiento de tropas enemigas a no más de una hora a pie, le arrancó de sus
ensoñaciones. La quimera de una vida tranquila y cómoda en su condado,
administrando sus tierras, revisando los campos trabajados por sus plebeyos y
sacando brillo a su lanza, se desvanecieron rápidamente.
La primera luz del alba asomó por
el horizonte, iluminando las siluetas de dos damiselas, que, de espaldas a la
tienda del caballero, se erguían como representaciones vivientes de la misma
Dama. La tenue luz mañanera iluminaba sus vestidos y cabellos mientras
bendecían a los caballeros a pie que seguían a Nalteg y a los del pegaso, que
rendían culto a la Primera Lanza de Bretonia.
En el centro del improvisado
campamento, los peregrinos, salvajes creyentes, observaban con devoción
absoluta a las damiselas y al portaestandarte que comenzaba a erguirse sobre su
semental de batalla. El pabellón del Grial se alzó, ondeando al viento, enviando
a los enemigos un mensaje claro: "Si apreciáis vuestras vidas, sería sabio
retirarse”.
La Primera Lanza de Bretonia se
encontraba sentado en su silla, cerca de Nalteg. Su lanza apuntaba al cielo, su
eterno escudo descansaba sobre su espalda, y en su otra mano, una copa con la
flor de Lyss brillaba a la luz del amanecer. Nalteg, se colocó su yelmo,
enfundó sus guantes y tomó su mangual. Giró la mirada contemplando a su
compañero por unos instantes, inmóvil, ajeno al alboroto del campamento. Su
sola presencia, era suficiente para levantar la moral de los bretonianos, un
estandarte humano héroe de incontables batallas.
Tras un breve silencio, Nalteg
encendió las velas alrededor de su compañero. Con un gesto firme, hizo señas a
los peregrinos para que alzasen a La Primera Lanza sobre su silla. En un
murmullo sagrado, pidiendo a la Dama su bendición, el caballero caído fue
elevado a hombros de los fieles devotos.
Nalteg, contagiado por el fervor
de los peregrinos, fijó la mirada en el rostro inmóvil de su compañero. Esta
vez, La Primera Lanza no surcaría el cielo, sino que combatiría a su lado,
silencioso y eterno, en el corazón de la resistencia bretoniana. Cuando el
horizonte comenzó a arder, Nalteg alzó su mangual, golpeó su escudo y gritó:
—¡SI VAN A DISPARAR, QUE
APUNTEN AL CORAZÓN! ¡Y AÚN ASÍ, LA DAMA NOS PROTEGERÁ CON SU BENDICIÓN!
Sin embargo, algunos de los
presentes jurarán que esas palabras no salieron de la boca de Nalteg, sino del
eco de la calavera de La Primera Lanza de Bretonia, que, aún en la muerte,
guiaba al ejército a la victoria.
Un saludo a todos de vuestro
calvo legendario favorito.






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