domingo, 5 de octubre de 2025

El taller del Gobbo. Capítulo 5: Una fortaleza de cristal y hierro (parte 3/3)

  ¡Buenos días una vez más desde la hora de la herramienta, por Veseso! En entregas anteriores del taller del Gobbo tuvimos una una entrada dedicada al estudio del mundo y mercado de las vitrinas, y una segunda parte en la que se construía su propia vitrina. Para completar el tema nos trae una entrega más, con una solución intermedia, sobre como adaptar vitrinas comerciales.



¡Saludos a todos, compis escalistas y visitantes ocasionales del Blog!, parece que ya hemos llegado al último artículo de esta serie de 3 donde acogiéndome a toda la experiencia obtenida durante todo este tiempo, os propongo lo que yo, sinceramente, considero como una solución óptima (o lo más cercana a óptima, vaya) para que cualquiera de nosotros pueda tener una vitrina 100% aprovechada con todas las baldas que queramos, a la altura que consideremos y bien buena repleta de minis que podamos disfrutar en condiciones, yéah, yéah, yéah.

Y ahora viene la parte donde declaro que dedico este último artículo de la serie a Arturo. (tranqui Arturo, palabra que ya no te menciono más).

 


 

Vale, vayamos al lío y empecemos por la base, donde todavía no vamos a hablar de vitrina alguna.

-¿Éin?-

Sí, habéis leído bien, para elegir bien la vitrina que necesitamos, primero tenemos que prestar atención a los condicionantes de cada cual, los cuales determinarán en buena medida el tipo de vitrina que necesitamos, para, a partir de ahí, escogerla.

Bien… dado que una vitrina es un mueble de cierto volumen y peso, primero tenemos que atenernos a nuestro estilo de vida, que he venido a dividir en 2 tipos:

1.      GRIMGOR: El tipo Grimgor agrupa a todos aquellos usuarios que no pueden parar quietos y que tan pronto están allí apaleando taponez, como están allá pateando ratonzejoz, como están acá zurrando a otros pielesverdes, es decir, que estamos hablando de gente acostumbrada a las mudanzas.

2.      SKARSNIK: El tipo Skarsnik comprende a todos aquellos usuarios que han echado raíces en su Karak particular del cual no tienen intención de moverse en un largo plazo de tiempo.

-Pero Gobbo, ¿a qué viene esta clasificación?-

Esta clasificación viene a cuenta que, si tienes que estar mudándote cada dos por tres, necesitarás una vitrina que o bien sea relativamente ligera y no ocupe mucho, o bien sea fácil de desmontar y volver a montar a continuación, además que será igualmente importante que no sea necesario anclarla a la pared, ya que habitualmente los caseros y los agujeros en las paredes no casan bien.

-Ná Veseso, nada que un poco de aguaplast y una espátula no arreglen-

… no os lo recomiendo como solución a no ser que queráis repintar el piso antes de iros para recuperar la fianza…

Siguiendo con nuestra clasificación por tipos, si por contra sois como Skarsnik, tendréis mucha más libertad para elegir la vitrina, ya que en teoría no necesitaréis moverla y podréis hacer todos los agujeros que queráis en la pared.

Vale, ya hemos establecido nuestra condición base, ahora, antes de ponernos a elegir la vitrina, será conveniente que 2 condiciones a valorar y un consejo:

Por un lado, os recomiendo que no pongáis la vitrina en un lugar donde los rayos del sol vayan a incidir directamente sobre ella y su contenido, ya que los rayos de sol se comen (literalmente) el color. Si no me creéis, es muy fácil hacer la prueba: pintad algo de prueba con el color que queráis, dejadlo expuesto al sol (no hace falta que sea el año entero) y después de un año, pintad con ese mismo color otra cosa del mismo material y comparad los resultados. Esta consideración es importante, porque invalidará algunos espacios de la casa donde colocar la vitrina, y con ello nos irá dirigiendo hacia cuáles sí son apropiados, y por tanto nos marcará las dimensiones máximas que puede tener nuestra vitrina, ya que los sitios practicables estarán contados.

Por otro lado, hemos de pensar que vamos a escoger nuestra vitrina con objeto de disfrutar de nuestra colección, por lo que es importante que la coloquemos en un lugar donde podamos verla a menudo (o al menos todo lo a menudo que podamos, vaya), ya que no tendría mucho sentido tanto desvelo si al final la vamos a dejar en un rincón olvidado de nuestra casa.

Y ahora el consejo: además de lo anteriormente expuesto, quisiera advertiros de lo siguiente: si bien es cierto que las vitrinas altas molan mucho, pensáoslo bien antes de coger una, ya que todo aquello que expongáis en ellas y os quede por debajo del ombligo será difícil de ver (sobre todo si se trata de objetos pequeños con mucho detalle), por lo que quizá fuese interesante el coger una vitrina baja (habitualmente fáciles de mover por su menor peso y volumen) y auparla sobre una cajonera o incluso subirla a la mesa donde pintáis si esta tiene suficiente fondo, de este modo estaríais optimizando la vitrina para las minis al menor coste posible a la par que multiplicáis los sitios donde colocarla y facilitáis el transporte, si bien es cierto que en una vitrina alta podréis dejar otros objetos a exponer de mayor tamaño en la parte baja, y las minis en la parte alta (preparaos para negociar bien con vuestra pareja el tema de quién ocupa qué balda).

Vale, y es ahora, con estas consideraciones en mente, cuando os pongo unos ejemplos prácticos y os desvelo mi propuesta:

Ikea.

Ya os hablé de esta marca sueca, pero os lo resumo igual: Precios competitivos, calidad de materiales, producción y acabados; muy buen embalaje e instrucciones de montado fáciles de seguir, todo esto ideal tanto si sois unos Grimgor como unos Skarsnik.

Las que yo elegiría:

 




 

Yo tengo la Milsbo, y ya digo que estoy contento, os pongo las tres por si por temas de espacio y gusto, se acomodasen más a vosotros, que ya se sabe que la grande es posible que no quepa en cualquier lado y las otras sí (además que como apunté con anterioridad, la baja se puede aupar a una mesa o cajonera. Si acaso, sus problemas son la estanqueidad al polvo (extraordinariamente fácil de arreglar con un burlete adecuado), que no tiene espejo trasero (el cual se puede encargar a un cristalero), y que tiene muy pocas baldas, además con mucho espacio entre ellas, pero de eso ya nos encargaremos luego.

Amazon.

 


 

Este tipo de vitrina os lo pongo porque si no queréis comeros la cabeza, la verdad es que está muy bien; es cierto que no es lo más bonito del mundo y que habría que buscar un modelo que tenga fondo suficiente para los bloques y los monstruos, pero se puede fijar a la pared a la altura que mejor te venga, no tendrás problemas para ponerla donde quieras (porque no va apoyada en el suelo) y siempre va a estar bien iluminada… ya digo, por si pasáis de líos.

 



 

Estos dos últimos probablemente sean los mejores… la única pega a priori (yo no las tengo, pero la descripción y las opiniones apuntan maneras) es el tema de la estanqueidad (de nuevo os recuerdo el tema de los burletes) y el de las baldas no regulables que desaprovechan un montón de espacio…

Bien, tal como diría Roger, “ahora viene el boom”, mi propuesta es que escojáis la que mejor se adapte a vuestras condiciones del hogar y vida y que les hagáis lo que yo hice a mi vitrina para añadirle cuantas baldas quise, pudiendo regularlas en altura al 100%.

-¡Venga, venga, venga!, se te va la olla Gobbo; ¿de veras crees que todo el mundo tiene esas herramientas y tiempo?-

Nooooooo, a ver, esperad, esperad. El tema es que no hace falta que lo hagáis vosotros; únicamente necesitáis tener un croquis básico del tipo de soporte que necesitáis, encargárselo a un carpintero metálico, “et voilá”.

-¿ÉEEEEH?-


Sí, dejad que os presente un ejemplo práctico, pero no os agobiéis al leerlo, recordad que si tuviésemos que leer todo lo que hay que hacer para, por ejemplo, ir a comprar el pan el sábado por la mañana, también se nos haría un mundo y nos podría la pereza, por ejemplo:

1. Ve al dormitorio, abre el armario y cámbiate.

2. Coge la cartera y cámbiate de calzado.

3. Aprovecha y coge la basura.

4. Baja las escaleras/ascensor hasta la calle tratando de evitar encontrarte con el brasas del vecino.

5. Cruza los tres pasos de cebra atendiendo al tráfico y respetando los semáforos.

6. Haz la cola de la panadería.


Bueno, creo que os hacéis una idea… así que pasemos al “tutorial” pormenorizado para mejorar nuestra vitrina:

1.    1. Nos aseguraremos que tanto la base como la tapa de la vitrina se pueden perforar (porque va a hacer falta).

2.     2.      Montaremos la vitrina con objeto de poder ver cómo es exactamente el cubículo interior, tomando medidas PRECISAS del INTERIOR de la base y el techo en su ancho y fondo contando con lo que ocuparían los cristales de las paredes y todo, y fijándonos si pudiera haber algo dentro que pudiese estorbar, tanto los soportes para las baldas (por ejemplo biseles en las esquinas que recorten espacio hacia el interior) como las perforaciones que haremos en la base y el techo (por lo que tendremos que asegurarnos que estas van a ser practicables, prestando especial atención a las partes que queden ocultas). Necesitaremos saber las medidas INTERNAS “de pared a pared”. Pongamos por ejemplo 76x33 cm, que sería el caso de la Rudsta (no os fiéis de los planos online y medid vuestra vitrina, hacedme caso, lo habitual es que las medidas en los planos adjuntos estén redondeadas). 

1


 

3. Determinaremos, primero de forma estimativa (a ojo, vamos) cuántas baldas querremos para nuestra vitrina, y después confirmaremos matemáticamente (por ejemplo, si queremos un espacio teórico de 19cm entre balda y balda, y la altura INTERNA (de base a techo) total de la vitrina fuese de 100cm (en los planos de la Rudsta no aparece), nos daría aproximadamente para unas 4 baldas + la base, (en lugar de las 2 baldas + la base que tiene de serie) , que generarían, entre estas y la base, 5 huecos de 19 cm de altura cada uno. Es cierto que 19x5 son 95, pero es que hay que contar también con el grosor de cada balda, que será aproximadamente de 1 cm cada uno, por lo que estaremos consumiendo la totalidad del espacio. Naturalmente, se pueden poner menos baldas, eso ya depende de cada uno.


4. Ahora toca determinar las medidas del soporte de las baldas. Dado que en general el hacer las cosas a la medida justa suele ser muy mala idea, ya que siempre hay algo que sale mal, y que además necesitaremos algo de margen de seguridad entre las baldas y los cristales de las paredes, que hasta que los apretemos, van a bailar un poco, restaremos a los lados que corresponden con el ancho del mueble 18mm, y a los lados que corresponden con el fondo del mueble 6mm, de tal modo que las medidas que nos quedarían serían:

76 - (1,8x2)= 72,4 cm

33 - (0,6x2)= 31,8 cm

72,4x31,8 cm



5. Nos iremos entonces a ver a un carpintero metálico, herrero, alguien que se dedique a hacer ventanas o puertas o que tenga un oficio similar acostumbrado a hacer cortes en metal y a soldar y le diremos que queremos que nos prepare, siguiendo con nuestro ejemplo, 5 soportes con forma de i mayúscula, o si lo entendéis mejor, de doble T mayúscula.

 


 



con tubo rectangular, de las medidas antes deducidas (72,4x31,8 cm) y le diremos al herrero/ carpintero metálico que practique en cada extremo de los tubos una perforación de 10mm de diámetro (20 perforaciones en total para nuestras 5 baldas), dejando un espacio entre el borde del mismo extremo y la perforación de 3mm. Imagino que no será necesario, pero como por ahí se ve de todo, si además le precisáis que os deje las soldaduras repasadas a nivel al menos en uno de los dos lados de cada soporte para que no nos de problemas a la hora de colocarle el cristal encima (por favor, cuando vayáis a colocar las estructuras en el mueble, recordad que la cara con las soldaduras repasadas a nivel va hacia arriba), pues mejor.

6. Colocamos una de nuestras baldas, que ya estarán terminadas, con los cortes y las soldaduras lijados para evitar accidentes como cortes o raspaduras (esto debería de hacerlo el profesional que haya cortado, soldado y perforado las baldas pero podríamos hacerlo nosotros mismos con un papel de lija que tengamos) bien centrados sobre la base y techo interiores de la vitrina a modo de plantilla y marcamos con un permanente o similar donde estén las perforaciones de la balda sobre la base y techo.

7. Si tenemos un taladro y una broca del 9 o del 8 si queremos ajustar, bien para madera si la base y techo de nuestra vitrina fuesen de madera/ aglomerado, bien para metal si fuesen de chapa, practicaremos las perforaciones (8 en total, 4 para la base y 4 para el techo), y si no tenemos la herramienta o no nos fiamos de nosotros mismos, se lo pasamos de nuevo a alguien que pueda. Hacer esto por nosotros mismos no es dificultoso en absoluto, si acaso podríamos tener algún problema si el material fuese metálico, pero vaya, que ahí está nuestro amigo el carpintero metálico, y si no, sólo necesitaréis un clavo, una tabla para sufrir y algo de lubricante.

8. Ahora nos vamos a comprar 4 varillas roscadas de métrica de 8 de una longitud superior a la de nuestra vitrina, 48 tuercas de métrica de 8 (cada balda necesitará 8 tuercas, + 4 por base y techo) y 48 arandelas (misma correspondencia que para las tuercas).

9. Medimos la altura EXTERNA de la vitrina entre base y techo (descontando las patas si las tuviese), y le sumamos dos veces la altura de una tuerca y una arandela; por ejemplo, en el caso de la Rudsta sería 106 cm (distancia entre la base y techo externos) + (6,3 mm x 2) [altura de la tuerca que yo he empleado] + (1,5mm x 2) [grosor de las arandelas que yo he empleado]



106 cm + 12,6 mm (1,26 cm) + 3 mm (0,3 cm) = 107,56 cm



Entonces deberemos cortar nuestras 4 varillas roscadas a la medida obtenida (con una sierra de mano para metal se puede hacer, eso sí, aseguraos de lijar bien los cortes para no tener problema a la hora de roscarles las tuercas, que las rebabas producidas por el corte pueden dificultaros la tarea de no limpiar el corte como digo con la lija).

10. Metemos cada varilla roscada por cada uno de nuestros 4 orificios de la tapa/ techo de la vitrina, y en la parte externa de la tapa, ponemos una arandela y roscamos una tuerca lo suficiente como para que las 4 varillas nos queden colgando (sin tocar la base) dentro de la vitrina.



11. Ahora comenzamos el siguiente proceso: por el extremo bajo de cada varilla roscada (que ahora estarán colgando dentro de la vitrina a una distancia razonable de la base, como a 6 cm de esta) primero roscamos una tuerca por cada varilla casi hasta arriba, metemos arandela y engarzamos el primer soporte de balda, empujando las arandelas que hemos metido anteriormente hasta encontrar las tuercas que metimos inmediatamente antes que estas, asegurando provisionalmente el soporte de balda con unas pinzas de la ropa mordiendo la varilla roscada justo por debajo del soporte para que se nos aguante lo suficiente. Metemos otra arandela seguida de otra tuerca por cada varilla y roscamos hasta encontrar el soporte de balda y repetimos este proceso con cada soporte de balda.

 


 

 12. Una vez engarzadas todas las estructuras con sus correspondientes arandelas y tuercas, comenzaremos a desenroscar, una a una y poco a poco cada una de las 4 tuercas que pusimos al principio sobre la tapa de la vitrina POR FUERA del mueble, que se encuentran ahora mismo soportando todo el peso conjunto de varillas, estructuras de baldas, tuercas y arandelas, de tal modo que las varillas irán bajado hasta permitirnos colarlas por los agujeros de la base, y una vez asomen lo suficiente, colocaremos una arandela por varilla y roscaremos igualmente una tuerca por varilla, apretando las 4 últimas tuercas bajo la base de la vitrina POR FUERA, consiguiendo con ello que las varillas queden firmes, estiradas y tensas.



13. Ahora nos tocará tomar las medidas que necesitaremos para los cristales. Es posible que podamos reaprovechar las baldas originales del mueble, aunque tendrán que cortárnoslas igual, y aquí yo os recomendaría un grosor de cristal mínimo, por seguridad, de 4 mm, y siempre a canto pulido, y dejando un margen mínimo por los lados que dan el ancho al mueble de 1cm aproximadamente, que si no, luego tendréis líos, fiaos del Gobbo, y dejando los lados que nos dan el fondo razonablemente ajustados al espacio que tenemos (con un par de milímetros de margen ya tendría que valer).

14. Mientras nos cortan nuestros cristales nos haremos con suficiente burlete para estanqueizar al polvo las puertas de la vitrina, y una banda adhesiva acolchada para poner entre la estructura de metal de cada balda y el propio cristal; de este modo conseguiremos por un lado que el cristal no repose directamente sobre el metal y por otro que adquiera cierta adherencia al mismo, evitando con ello deslizamientos del uno sobre el otro.

15. Una vez tengamos nuestras baldas las colocaremos en sus estructuras; no os desquiciéis ni hagáis el bruto; si es necesario separadlas entre sí aflojando las tuercas de las baldas, y una vez colocados todos los cristales en cada balda, será el momento de ajustarlas a la altura querida y nivelarlas jugando con las tuercas, y ya está, ¡a llenarla de minis!

Se que todo esto que os he explicado en detalle (excesivo, quizá) puede resultar agobiante, pero si lo pensáis bien, realmente se trata de asegurarnos que podemos hacer agujeros en techo y base, encargar los soportes, hacer los agujeros, colocar las varillas y soportes, encargar los cristales y se acabó, habiendo conseguido multiplicar la superficie de exposición de nuestro mueble drásticamente e incluso revalorizándolo.

Sólo lamento no poder daros una horquilla de precios de lo que os puede pedir un herrero por los soportes de las baldas, ya que habéis de entender que cada cual tendrá sus tarifas, que dependerá del número de baldas que se les encarguen, de la extensión de estas y de la zona en que nos encontremos, ya que no es lo mismo una zona con 2 que otra más disputada con 5, por ejemplo, pero sinceramente, teniendo en cuenta que esta gente ya tiene una maquinaria que les ahorra el trabajo duro, que realmente lo único que tienen que hacer es medir, pasar por la sierra de banda, soldar, perforar en el taladro de torno y pasar por la lija de banda… no debería de ser mucho, ahora, cuantos más presupuestos pidamos, mejores precios obtendremos, igual que con los cristales, de los que sí puedo decir que, al menos a mí, 6 baldas de cristal de 4mm, a canto pulido, de 32x116 cm me salieron, con IVA y todo por 104€, sin llevarles el material ni nada, (y 6 baldas 32x116 es mucho cristal).

Bueno, como siempre, espero haber ayudado a alguien, e igualmente como siempre, quedaré atento a los comentarios y mi correo electrónico itsente@hotmail.es

¡Noz vemoz!

Veseso, el Gobbo Errante, en Cuenca, a 17-09-2.025

2 comentarios:

  1. Gracias por esta serie de artículos. Personalmente opino que hay muchos temas interesantes que tratar en torno al hobby y sin duda el almacenamiento y exposición es uno de los más importantes.
    Tomo nota de tu experiencia, aunque por ahora creo que mi proyecto tendrá una orientación más enfocada al almacenamiento masivo.
    Llegado el momento no dudaré en compartir mi diseño con ustedes

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    1. Bueno, al final es cuestión de satisfacer necesidades; ¡Estaré atento a la publicación de ese diseño!

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