domingo, 12 de octubre de 2025

Inspirado por Grungni: Conversión de miniaturas con Julen

 ¡Buenos días! Hace ya unos cuantos meses que no podíamos disfrutar de las dotes artísticas de Julen en el blog, pero eso no significa que no haya estado trabajando en proyectos de hobby, y nos ha preparado un tremendo artículo de conversiones del que algún truquito se puede extraer.



“Yo... tengo asuntos que atender. Los he pospuesto ya demasiado”

Bilbo Bolsón

¡Muy buenas, Legendarios!

He estado mucho tiempo, demasiado, sin dar señales de vida. Pero después de unas buenas vacaciones, vuelvo a vosotros.

Cuando finalicé la escalada el año pasado, sabía que este 2025 no iba a ser muy fructífero en cuando al pintado de ejércitos puesto que quería dedicarle más tiempo a la conversión de miniaturas y/o a la creación de dioramas/escenografía. Por lo que, sabiendo el tiempo que me llevan estas cosas, no podía comprometerme a presentaros nada decente de manera constante. Aun así, a pesar de caerme de la escalada, prometí seguir contribuyendo al blog de una forma u otra.

Y ese día ha llegado. Creo que, después de más de medio año dándole caña a la masilla, puedo recopilar fotos y miniproyectos suficientes para empaquetarlo todo dentro de una entrada relacionada con la conversión de miniaturas.

Los que hayáis seguido mis anteriores escaladas, os habréis dado cuenta de que la conversión de miniaturas es una cosa con la que disfruto y me mortifico a partes iguales. Para mí todo sería mucho más fácil (¡y rápido!) si me dedicara a comprar y pintar miniaturas directamente, pero los Dioses del Caos son caprichosos…

 

Artículo de la White Dwarf para crear una casa de Warhammer Fantasy desde cero.


Por suerte (o desgracia) conocí este mundillo en la década de los 90, cuando el enfoque que Games Workshop le daba al hobby era completamente diferente al de hoy en día. En aquella época nos animaban a crear uno mismo los elementos de escenografía, conversionar miniaturas usando piezas sacadas de cualquier sitio, y, en definitiva, a potenciar nuestro lado más creativo para exprimir el hobby al máximo. Así que cada vez que veo una entrada o un video en internet de alguien realizando cualquiera de estas actividades sin usar una impresora de 3D, es normal que se me escape una lagrimita de felicidad y nostalgia.

En esta ocasión os voy a enseñar, paso a paso, cómo he hecho una conversión de un portaestandarte de batalla partiendo de una de mis miniaturas favoritas del ejército de enanos: el miembro de la dotación del cañón órgano de metal con el casco alado.

Ya en mi última entrada de la escalada del año pasado dejé caer que esta idea me había estado rondando la cabeza durante muchos años. Así que, después de terminar de pintar mi cañón órgano, me armé de paciencia y comencé mi búsqueda para encontrar una segunda miniatura. No tuve que esperar mucho, la verdad, porque en cuestión de un par de meses obtuve mi recompensa.

 

No me podéis negar que la mini mola mil (Colin Dixon fue lo mejor que les pudo pasar a los enanos de GW).


Lo primero que había que hacer era quitarle el encendedor (¿?). Podía haberle quitado sólo la parte superior y aprovechar la que va desde la mano hasta el suelo (y que tiene pegada al cuerpo), pero aquí empezaron mis particulares comeduras de cabeza. Si dejaba esa parte, significaría que: i) tendría que mantener la forma cuadrada que tiene el mástil en la parte que creara y ii) el estandarte, siguiendo la inclinación que tiene el mástil, me iba a quedar muy escorado hacia un lado. Por lo que, sí, lo habéis adivinado, quité todo el mástil lo mejor que pude mediante tenacillas y bisturí, dejando la parte del cuerpo del enano lo más limpia posible (teniendo en cuenta que es una miniatura de metal, os podéis hacer una ligera idea de lo que me costó; por suerte no me llevé ningún dedo en el intento).

 


Además, le hice una incisión con las tenacillas cercana a la axila para poder enderezar el brazo con mayor facilidad y así poder ponerle el estandarte en una posición más vertical. Después de esto, sólo me quedaba hacerle un agujero que le atravesara la mano para dejar todo listo y empezar a darle caña a la masilla.

Si nuestro enano iba a ser un portaestandarte de batalla, había que proporcionarle un equipamiento acorde a su estatus. El casco mola mil, y nadie debería tener ningún tipo de duda de que le ofrece a su portador una tirada de salvación por armadura de 2+ y una especial de 4+, pero siempre habrá por ahí algún despistado al que habrá que dejarle claro que nuestro porta va chapado hasta las cejas. ¿Y cómo empezamos a llenar de buen gromril a un enano? Con una cota de malla de calidad, por supuesto.

 



Para ello usé masilla verde directamente sobre el faldón de la chaqueta del enano. Hay mil tutoriales en internet para ver cómo se hace una cota de malla y muchos están mejor explicados (y realizados) de lo que yo pudiera describiros aquí, por lo que no profundizaré en el tema.

Sólo comentar que las anillas me salieron un poco más grandes de lo que me hubiera gustado. Usé una aguja bastante gruesa porque las finas que tengo tienen la punta demasiado afilada. Esto no supone ningún problema cuando dispones de un grosor razonable en la capa de masilla a modelar, pero si es fina, como es el caso, la aguja no puede profundizar bien y sólo te queda la marca de un punto minúsculo en cada perforación. Podría haber limado un poco la punta de la aguja pero lo dejé pasar. De todas formas, el resultado no me desagrada. Comparándola con las cotas de malla que se estilan hoy en día por eso de la impresión 3D, no desentona tanto. También sufrí bastante rellenando el hueco de la argolla que todo buen miembro de una dotación enana debe tener en su cinturón. Pensé en quitársela, pero esto también lo dejé pasar (raro en mí, pero es que estaba saturado de tanto bisturí y limas).

Continué trabajando la cota de malla esculpiendo las mangas. De esta forma también cubría el tajo que le había metido en la axila. Y, aprovechando que la parte del faldón ya se había secado, le hice un añadido a la parte inferior del mismo para poder hacer, en un paso futuro, un reborde a la cota de malla como los que llevan los antiguos martilladores de metal.




Llegados a este punto, también me gustaría comentaros que cada grupo de fotografías que veis agrupadas entre los distintos párrafos corresponden, más o menos, a una sesión de modelado; un día de curro, vamos. Me gusta dejar secar bien la masilla antes de dar el siguiente paso para evitar sustos y ahorrarme maldiciones (más aún cuando  trabajo “por capas”).

Dejando la miniatura principal a un lado, y para cambiar un poco de aires, me puse a trabajar en el estandarte. Tras rebuscar entre mi caja de restos, y probar distintas combinaciones, me decidí por usar el estandarte de los nuevos martilladores (creo) junto con el icono/estandarte de los irondrakes. La otra opción era hacer una especie de tótem sin ningún tipo de tela con un montón de iconos de distintos estandartes enanos (como el que tenía el portaestandarte de metal que salió en 6ª). Estuve muy tentado a hacer esto último y pintarlo todo de dorado, pero entonces caí en la cuenta de que, al desplegarlo junto al resto del ejército, puede que no destacara tanto como el resto de estandartes que llevo pintando con freehands y demás historias (eso en sí mismo, podría ayudar a que destacara, pero no las tenía todas conmigo).

 


Después de limpiar la parte del estandarte de los martilladores (retirando el antebrazo y la parte inferior, que reservaría para usarla más tarde), hice una unión para poder juntar las dos piezas y darle algo de altura al icono.

 



Una vez unido el icono a la parte superior del estandarte, con ayuda de otra una varilla hice lo que sería la pieza de unión (y espaciador) entre el estandarte, la mano y la parte inferior del mástil. La idea es dejar estas dos piezas separadas para poder pintar todo por separado y pegarlo una vez esté todo rematado. De hecho, es posible que la parte superior del estandarte la deje sin pegar para que se pueda poner y quitar, facilitando así su almacenamiento/transporte. Es lo que suelo hacer con todos mis portaestandartes, aunque puede que en este caso haga una excepción y lo deje todo bien unido. Ya se verá.

De vuelta al enano, fui añadiendo distintas capas de masilla para hacer el reborde de la cota de malla en distintos pasos.

En el primero, usando sólo masilla verde, delimité el espacio que quería que me ocupara el reborde tanto del faldón como de las mangas.



 

En el segundo paso, usé una mezcla de masilla verde y milliput para afinar el reborde y poder, una vez secada la masilla, lijarla y dejarlo todo bien definido.

 



Ahora ya nuestro porta iba teniendo cada vez más presencia, pero todavía me quedaba por arreglarle el desaguisado que le hice a su honorable barba al quitarle el mástil. Para esto, volví a usar una mezcla de masilla verde y milliput, ya que, en caso de ser necesario refinar los surcos de la trenza, podría usar la punta del bisturí a modo de raspador. En este paso también arreglé la chapa/broche que tiene en esa trenza. Al hacer esto, me planteé hacerle unas gemas encima de esos broches planos (me lo estaban pidiendo a gritos), pero como para esos detalles de última hora siempre hay tiempo, lo dejé tal y como estaba para no arriesgarme a sobrecargar demasiado la mini.

 


Como todavía me sobraba bastante masilla de la mezcla que había hecho, también me puse a alisar la que fuera a ser la parte trasera del peto (¿espaldar? Me pierdo con esta terminología) y a darle un poco más de volumen a la anilla del cinturón (ya que se había quedado enterrada a la hora de hacer la cota de malla).

 


Bueno. Gran parte del trabajo ya estaba hecho. Ahora quedaba añadirle detalles para enriquecer (sin pasarnos) un poco la mini. Comencé por añadirle unas runas al casco. Aquí me costó bastante decidirme, ya que el casco me parece perfecto tal y como está, pero, claro, un portaestandarte de batalla no puede tener el mismo casco que el miembro de una dotación de máquina de guerra (por muy honorable que este último sea), ¿no?

 


En este primer paso podéis ver cómo modelé las runas cuando la masilla todavía estaba fresca. En posteriores fotos las veréis más trabajadas después de haberlas rebajado y lijado para que no quedasen tan toscas. Espero que cuando pinte la mini, las runas pasen un poco más desapercibidas. De lo contrario, fuera runas y santas pascuas.

Cuando se hubieron secado las runas tuve que volver a pararme y pensar cómo iba a seguir con la miniatura.

 


Por un lado quería darle algo más de presencia al arma, por lo que le añadí un remate al final del mango que me permitiera añadirle alguna filigrana de metal o, quien sabe, una gema en su base. Por otro lado, y basándome en el hacha de la miniatura de Alrik, le modelé una finísima capa con ondulaciones para darle algo de variedad y poder pintar la hoja de dorado. En cuanto a la coraza, no tenía intención de modelar nada, pero la miniatura tenía demasiado bien modelada la parte de la tripa, incluyendo una ligera curva de la felicidad que se “montaba” sobre el cinturón. Por lo que decidí añadirle un poco de masilla para darle un aspecto más uniforme.

Lo malo es que, al hacer esto último, dejé aún más enterrado el símbolo enano de la hebilla del cinturón (al hacer la cota de malla del faldón había conseguido salvarlo por los pelos). Así que al final decidí ocultarlo completamente y modelar una gema bien hermosa (de esas que dan envidia a los traicioneros orejas picudas). Esto me llevó a descartar completamente la idea de incluir más gemas en los broches de las trenzas de la barba (no hay mal que por bien no venga).

 



Cuando se secó todo lo anterior, me puse a trabajar en la parte posterior del enano. Aquí alisé un poco más el espaldar, definí de nuevo el cinturón (que se había quedado enterrado), y le añadí unos rebordes a modo de espiral donde se “une” a las mangas. Finalmente, le añadí unas runas y gemas al hacha.

Fue en este punto cuando me empezó a chirriar el añadido que le había hecho al mango del hacha. Me parecía muy basto y hacía que el mango fuera demasiado largo. Así que decidí quitárselo y dejar el mango original (tuve que tapar el agujero que había hecho para insertar el perno, pero eso era un mal menor).

Ahora sólo me quedaba hacerle una peana algo elaborada y que ayudara a que la miniatura destacara sobre el resto de tropa. Tenía pensado haberle hecho una piedra de los juramentos, pero quise ir a por algo más sencillo.

Así que, de modo similar a lo que le hiciera a la peana de Kragg, cogí unos trocitos de corteza de pino que suelo guardar de cuando quiero hacer rocas más grandes, los puse de modo que dieran el pego de formar parte de una única roca, y rellené/modelé los huecos con masilla intentando cohesionar todo el conjunto.

 


Después de unos retoques aquí y allá, este es el resultado final:

 






Estoy muy contento de cómo me ha quedado la conversión. La única duda que todavía me queda es si he recargado mucho el hacha o no. Eso sólo lo sabré cuando empiece a pintarla (puede que el año que viene).

Como regalito por haber llegado hasta aquí, os pongo unas fotos de otras minis que he conversionado durante el último año: un maestro ingeniero (partiendo de una miniatura de Avatars of War) y el mismísimo Alrik sobre su escudo.

 

Miniatura original de Avatars of War.


Inicialmente, no tenía intención de hacerle ninguna modificación al maestro ingeniero, ya que la mini me gustaba mucho. Pero, como me ha pasado en otras ocasiones, cuando me llegó a casa, me quedé asustado de la diferencia que había en la escala comparándola con el resto de mis enanos. Así que, de entrada, tocaba rebajarle/remodelarle las piernas (una pena, porque la cenefa de los bajos del faldón me molaba mucho). Luego me di cuenta de que el martillo, la jarra y, en definitiva, las manos, también eran muy grandes; vuelta a conversionar. Y, finalmente, no me imaginaba que el modelado del bigote fuera tan plano. Así que nada, que me volví a enfrascar en otro proyecto. No tengo fotos del proceso, pero os reto a que me digáis de dónde he sacado todas las piezas usadas en la miniatura ;-)

 





En cuanto a la miniatura de Alrik, es también la miniatura que se ha usado hasta hace bien poco como señor enano en porteadores del escudo genérico, puesto que Games Workshop no había sacado ninguna otra hasta la salida de The Old World.

 

Miniatura original de Games Workshop.


Cuando salió en su día, me quedé enamorado de ella (quitando a Thorgrim y el yunque de 4ª/5ª edición fue de lo poco que no salía para ser montado en una peana de 20x20). Pero siempre hubo algo que no me acababa de gustar: ¿Por qué le modelaron los brazos tapándole media cara? ¿Por qué me parece que le acaba de dar un tirón en la espalda cuando está lanzando el golpe de hacha? Esa misma impresión me dio la miniatura de señor enano a pie con máscara y chapado hasta las cejas que también sacaron por la misma época. La forma de agarrar el hacha me parecía de lo más antinatural.

 


La imagen del libro de ejército me gustaba muchísimo más. En ella Alrik tiene el hacha en tensión, preparada para asestar el golpe que enviará a sus enemigos al abismo. Y, lo que en mi opinión es más importante, la figura del rey enano no parece estar comprimida cual marine espacial por el hecho de blandir un arma a dos manos.

Así que, manos a la obra. Tenía que, por un lado, modificar el mango del hacha, y, por el otro, eliminar completamente el brazo derecho (manteniendo la hombrera), haciendo suficiente sitio para poder modelar después la barba.

Aquí tengo que admitir que me dio muchísimo respeto meterle mano a la mini. Le tenía que hacer un vaciado serio a una mini de metal sin que se me fuera la mano y me llevara media cara del rey en el proceso (o medio dedo mío). Pero al final conseguí mi objetivo.






 

Y ahora sí que sí. Espero que todo este ladrillo os ayude en vuestras futuras conversiones. Como premio os dejo una última imagen para que intuyáis en lo que estoy trabajando ahora (puede que en una futura entrada os cuente más acerca de este último proyecto).

 


Hasta entonces, sed felices y disfrutad de nuestro hobby.

¡Un saludo!

Julen

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