viernes, 3 de marzo de 2023

[TRASFONDO] Un regalo de Ghrond

¡Buenos días fieles súbditos del Verdadero y Legítimo Rey Fénix! (y malos para los traidores claro). Hoy vamos a pasar el viernes con un poquito de trasfondo, esta vez cortesía de Agus, que se marcó un relato tremendamente chulo para ambientar su ejército druchii del IV Torneo Leyendas en Miniatura. Y en el vislumbraremos a algunos personajes esenciales en el destino de la raza élfica...




Sólo hay dos personas en Naggaroth a las que no se les puede hacer el más mínimo desaire. Una es la reina Morathi y la otra es la madre del Rey Brujo.

Lady Malis

 

Dos conciencias sobrevuelan una inconmensurable meseta bermellón. Ligeras como una pluma, ninguna fuerza mecánica las empuja, sino la fuerza de voluntad de aquellos y aquellas que son capaces de romper el velo y tejer con sus hilos más allá del tiempo y el espacio. Estamos en el reino donde los vientos de la magia fluyen salvajemente más allá de la comprensión de los mortales.

Ocho veces ocho mil estandartes penden boca abajo en una carretera de huesos sin fin, siendo la mayoría irreconocibles para una Lady Malis que escudriña la siniestra composición. Muchos emblemas emanan una antigüedad venerable, y entre todos ellos, Malis pudo distinguir algunas casas ancestrales de su raza adornando los huesos del dragón más inmenso que jamás había visto. Encima del cráneo de la descomunal bestia, corona el pendón más reconocible de todos.

-Tus ojos no te engañan, hija de la cazadora salvaje. Es el emblema de Aenarion descansando sobre los mismísimos huesos de Indraugnir. Y este, querida mía, es el ejército inmortal del señor de los cráneos.

El osario parecía prolongarse hasta donde la vista se agota, vislumbrándose al fondo una montaña con forma de trono. A ambos lados de la carretera millones de criaturas carmesí aúllan enzarzadas en lo que parece una batalla sin fin.

La hechicera hizo un gesto con su mano y la escena se desvanecía a la vez que ambas druchii aparecían rodeadas en mitad de una batalla. Elfo mataba a elfo, las insignias nagarothi y asur se difuminaban entre salpicaduras de sangre. Los soldados tiran sus escudos al suelo y cargan con una mirada psicótica los unos a los otros, ignorando con naturalidad a las elfas que contemplaban la matanza. Por encima de todos, un elfo de dorada armadura bruñida destaca, coraza y yelmo se tiñen con las vísceras y efluvios de todo el que osa acercarse, dejando un rastro de muerte entorno a una siniestra espada.

- ¿Quién es ese elfo? Acaso estamos ante Aenerion el defensor, ¿estamos presenciando la gran guerra contra el caos?

Drusilda negó con la cabeza. -Ese es Tyrion, el león de Cothique, blandiendo la hacedora de viudas al igual que su antepasado, la sed de sangre consume todo a su alrededor, pronto no quedará ningún hijo o hija de Arsuyan que haga frente a los ejércitos de los dioses oscuros.

-¡Ya he visto suficiente! Sentenció la gladiatrix.

Drusilda levantó su báculo y con un destello ambas se sitúan a trescientos metros de altura, rodeadas de un bosque de cristal entremezclado con el reflejo de millones de ojos que observan en direcciones imposibles. Ambas elfas caminan lentamente sobre el vacío, como si estuvieran en tierra firme, hasta detenerse cerca de un pináculo de mercurio. Drusilda señala para que la princesa mire fijamente en su interior.

La imagen se vuelve nítida a través del mágico elemento. Malis contempla a una elfa rodeada por un vórtice multicolor de magia, la dama escribe sin descanso en un libro de oro. Hilos de plata aprietan garganta, pies y manos de la divina, prologándose hacia arriba y hacia abajo, dividiéndose en cientos de direcciones de forma simultánea. Una sombra alada de dos cabezas mueve los hilos y la elfa gime de dolor.

-Lileath vive encadenada a su pasado, presente y futuro…su misión es manipular el destino de nuestra raza, el dios del cambio mueve los hilos. Esta verdad, es la que nos ha llevado a la situación de división y debilidad actual. Explica la hechicera de Ghrond mientras posa la palma de su mano en la frente de la princesa -Acompáñame, la siguiente visión te va a resultar más interesante aún…

Raeth-Ma, la mantícora, sobrevuela el campo de batalla cabalgada por Malis, a ras de suelo varias legiones élficas están atrincheradas en una antigua fortaleza colonial, abatiendo hordas de bárbaros humanos que tratan de alcanzar los muros. La batalla es de proporciones épicas, miles de saetas abaten a la vanguardia bárbara, mientras en sincronía y precisión militar, el cielo se tiñe de oscuridad andanada tras andanada de flechas asur eliminando a las tropas de recambio.

Raeth-Ma comienza a frenar su vuelo con toses compulsivas, un extraño hedor comienza a emanar de la leal bestia que busca un prado despejado para tomar tierra sin hacer caso a las órdenes desesperadas de su amazona. A medida que se acercan a tierra, Malis distingue un musgo sobrenatural que se extiende desde los cadáveres de los caídos. Una nube de esporas comienza a agarrarse a la garganta y al pecho de la elfa. La mantícora parece no aguantar el vuelo los últimos metros y cae a plomo impactando en el suelo.

Lady Malis sale despedida y termina tendida bocarriba sobre el musgo. El soleado día cubierto con pequeños nimbos contrasta con la escena de dolor y sufrimiento que hay en tierra. Un dolor punzante en el pecho comienza a corroerla desde dentro. La princesa intenta quitarse el peto de la armadura sin éxito. Súbitamente un único cuerno atraviesa torso y metal, abriéndose paso desde el interior de Malis surge una pequeña cabeza con un solo ojo que mira fijamente a la cara de la princesa mientras sonríe con sus dientes afilados.

Ilustración de Carrot_miniatures

-Ñam, Ñam, hay que regar el jardín. Canturrea la bobalicona criatura, como un simpático parroquiano que lleva dos jarras de vino de más.

Malis está a punto de ahogarse en su propia sangre cuando la criatura se abalanza sobre su cara y haciéndose el silencio y la oscuridad.

Calma y tranquilidad rodean a Lady Malis. Como si se encontrara en un relajante baño, la princesa se encuentra a gusto y feliz. Las conspiraciones, los planes y los complots, la ira, la vergüenza, la humillación e incluso la sed de venganza no tienen cabida en su corazón ni en su mente. La princesa nunca había recordado sentirse en tal estado de paz interior, quizás en el vientre de su madre, pero ¿quién podría acordarse de lo que siente un ser en ese punto de la creación? Ni siquiera el sentirse incorpórea ante la nada la ponía nerviosa.

Horror, desesperación, frustración y dolor a niveles superiores a las que ningún elfo o elfa hubieran sentido jamás. Un sentimiento indescriptible hacía agonizar a la joven princesa hasta límites más allá de la imaginación. Ni siquiera podía sentir impotencia, pues su esencia, su alma, estaba siendo devorada por la sedienta y su digestión transcendía el tiempo como lo conocen los mortales.

Drusilda retiró la mano de la frente de Malis que volvía a la realidad en los exuberantes salones de Ghrond.

-Ahora conoces la verdad, ahora compartes la desdicha de la reina Morathi y comprenderás los sacrificios que se te pedirán para no compartir el destino que acabas de presenciar.

-No fue el belicismo de Aenarion, ni la hechicería de Caledor quienes salvaron a nuestra raza de una eterna e inconmensurable agonía. Sus descendientes están condenados a repetir los errores del pasado condenándonos a un funesto destino que sólo la Hechicera Bruja puede evitar. La hechicera pausa su discurso…

…Y prosigue retóricamente -Acaso piensan los herederos de Aenarion vencer por la espada a un ejército inmortal. Al igual que la espada no puede cortar el viento, tampoco puede cortar la esencia de la que está moldeada la grey infernal.

-La magia y la brujería son poderosas sí, pero ¿qué pueden hacer un puñado de mentes poderosas en confrontación directa con las legiones demoniacas? Ganar tiempo sólo sirve para prepararnos mejor para lo que está por venir. El Reino del Caos se materializa en nuestro mundo, las razas inferiores no están a la altura de lo que está por venir. Concluye la sierva de Ghrond.

La maestra hechicera cambia a un tono reverencial -Morathi, en su sabiduría, supo ver la única debilidad de nuestro enemigo. Nuestro enemigo, al igual que nosotras, no está unido y debemos aprovechar esa debilidad mediante el pacto y el engaño. Garantizar el futuro de nuestra estirpe para resurgir de las cenizas, anteponer nuestra supervivencia a las razas inferiores y los elementos más débiles. Tu misión ahora es ayudarnos a sobrevivir al fin de los tiempos, y para ello te acompañarán las hermanas Malatesth.

El corazón de Malis aún latía a un ritmo acelerado, parecido a cuando combatía en los pozos de pelea de Karond-Kar. Si bien no supo distinguir si era producto de la brujería que acababa de presenciar o del mandato de la emisaria de la reina madre, Morathi, señora indiscutible de Ghrond, un ser elevado a la categoría de leyenda entre los suyos, pues había sobrevivido a todos y cada uno de los innumerables enemigos que se pusieron en su camino desde los tiempos de Aenarion.

La señora de Punta Gélida sabía que era indiferente si lo que había presenciado era un montaje producto de la brujería o la más exacta de las profecías. El hecho era que Morathi se había fijado en ella y ya no había elección. Malis sabía que las hechiceras de Ghrond eran un poderoso aliado, mas su papel era tutelar su hueste, asegurándose de que se cumplen los designios de Ghrond.

El corazón de la cazadora ardía receloso ante la pérdida de su ansiada libertad, si bien debía adaptarse a las circunstancias. Aceptaría a las trillizas, las expondría en combate y acumularía riquezas y poder. Pondría a prueba si los dones de las hermanas estaban a la altura de su reputación, después de todo, Ghrond no hace regalos.






Comandantes

  • Príncipe oscuro en mantícora con armadura pesada, capa de dragón marino, escudo, Corona de Hierro Negro y Guantelete del Poder

Héroes

  • Hechicera de nivel 2 con Pergamino de Dispersión
  • Hechicera de nivel 2 con Vara de Kharaidon
  • Hechicera de nivel 1 con Pergamino de Dispersión

Básicas

  • 12 ballesteros elfos oscuros con escudo y músico
  • 12 ballesteros elfos oscuros con escudo y músico
  • 20 guerreros elfos oscuros con escudo y grupo de mando
  • 5 jinetes oscuros con lanza, ballesta de repetición y músico

Especiales

  • 5 arpías
  • Carro de gélidos con lanzas y ballestas de repetición
  • Carro fustigador con cuchillas y arco gigante

Singulares

  • Hidra de guerra real

1 comentario:

  1. Inquietante y esclarecedor relato, sí señor. No hay nada que le dé más personalidad y gracia a un ejército que un trasfondo bien hecho. Así pues la general del ejército ha sido elegida por Morathi para una misión satánica y va escoltada/vigilada por tres hechiceras al servicio de Morathi.
    Me ha gustado. El ejército es bonito a más no poder y tampoco había visto una lista de ejército así. ¡Enhorabuena a Agus!

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