¡Buenos días y feliz puente! Si por un casual no podéis pasar el día a remojo pero tenéis un aire acondicionado o ventilador a mano que os ayude con la sesión de pintura, no os íbamos a dejar sin motivación, así que en la escalada de los lectores vuelve Mike con algunas oscuras criaturas extra.
¡Muy buenas, pintores! ¿Cómo va ese verano? He de confesar que voy bastante por detrás de lo que tenía planeado a principios de año. Aun así, sigo dándolo todo con los pinceles, intentando alcanzar esas metas que me marqué hace ya más de siete meses. Estoy tratando de ceñirme al plan inicial, aunque dejando atrás las cosas a las que ya no llego. Además, he empezado a priorizar las unidades que realmente ven mesa a las que no. Por eso este mes he incluido un personaje que siempre uso: el Portaestandarte de Batalla.
Tengo que decir que ha sido un auténtico placer dejar a un lado las interminables unidades de infantería a las que he estado dándole caña durante meses y centrarme solo en una miniatura. Además, a esta le tengo un cariño especial: es una de las pocas que conservo de cuando era niño. Como a muchos, la paga no me daba para comprar minis de 1.500 pelas, así que tiraba de marcas alternativas. No recuerdo cuál es la de esta mini, y aunque no tiene el mismo nivel de detalle que las de Citadel de la época (se nota sobre todo en las calaveras, que tienen poca definición en nariz y dientes), me sigue encantando.
El mayor reto ha sido el estandarte. Como todos los portaestandartes de aquella época, solo llevaba un palo sin más, dejando el diseño a tu imaginación: papel, lata de refresco o lo que pillaras. Eran buenos tiempos, donde la creatividad y la imaginación lo eran todo. Pero como ahora ya estamos acostumbrados al plástico todo hecho, se me hacía raro volver al papel, así que me animé a modelarlo con green stuff. Es la primera vez que lo uso para hacer algo desde cero, normalmente solo lo usaba para rellenar huecos, y siguiendo un consejo que leí por ahí, lo mezclé con Milliput para mejorar la textura. Me costó bastante sacar algo decente, pero estoy razonablemente satisfecho. Para la próxima intentaré añadirle más textura, que ha quedado un poco plano.
Nota de Cordo: Yo creo que has hecho un gran trabajo, ¡bien hecho!
Una vez curado, tocaba el verdadero sufrimiento: el freehand. También era mi primera vez con letras y detalles pintados a mano, y encima con el calor, la pintura se secaba en el pincel casi al instante. ¿Qué os voy a contar que no sepáis? Tras muchos intentos y correcciones, decidí darlo por terminado antes de volverme loco y cogerle manía al freehand.
Para rematar el mes, pinté una unidad de 6 Vargheists, que en realidad no tienen mucho misterio. Lo único destacable es que los coloqué sobre rocas para elevarlos un poco, ya que por defecto quedan demasiado inclinados hacia abajo, como si miraran al suelo. No encontré ningún esquema que me convenciera especialmente, así que acabé imitando el clásico de Workshop.
Mike
Tremendo freehand. Con expresiones en buen latín (y muy bien traido), metal no metal... Hasta le has hecho la cota de escamas. Gran trabajo el de ese estandarte.
ResponderEliminarMuy chulo todo; coincido con lo que dices sobre la calavera del poeta, pero la verdad es que la mini está chulísima, muy buen ejemplo del estilo de modelado de la época, muy carismático y desenfadado, de esas minis que te transportan a otros tiempos, y qué decir del estandarte y el pintado, molan un montón.
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