viernes, 12 de abril de 2024

[TRASFONDO] Los Pecados y las Consecuencias (V Torneo Leyendas en Miniatura)

 ¡Buenos días! Ya bien internados en Abril, vemos el fin de la cobertura del V Torneo Leyendas en Miniatura en el horizonte, pero muchos y buenos son los relatos de trasfondo de los contendientes, y hoy seguiremos con temática oscura conociendo a los Condes Vampiro que nos presenta Raistd.





Año 2150 calendario Imperial

Orgullo y soberbia siempre fueron mis mayores pecados y defectos en mi corta vida mortal, pero pagué por ellos con creces una cálida noche en el bosque Drakwald cuando aún era Dieter Johnson, segundo hijo del Conde del Talabheim. El destino se me cruzó esa noche, cuando en compañía de mis queridos perros de caza, los valientes espadachines de mi guardia personal y mi primo Caddik con su hueste de caballería, estaba cazando al lobo y al venado en mis tierras.

Orgullo para tratar con altanería a ese caballero harapiento en su caballo desnutrido cuando nos lo cruzamos en el bosque y soberbia cuando acepté cruzar las espadas con él, a pesar de observar aterrado como los perros retrocedían al verle y sus fríos ojos se cruzaban con los míos tras retarme a duelo singular.

Siempre me he considerado un espadachín magnífico, pero el caballero harapiento me superaba con creces, en habilidad y fuerza, y pronto acabé en el suelo, se rió de mí y me ofreció dejarlo así. Pero no pude, me levanté con furia y traté de matarle… No sé lo que ocurrió, pero acabé en el suelo con un terrible dolor entre el hombro y el cuello, hasta que perdí el conocimiento.

Me desperté en lo profundo de la noche, el extraño me sonreía con un aire de depredador y mi desgracia se vislumbraba a través de la coraza bien cuidada que portaba debajo de esos ropajes.

-Cuando estés preparado búscame en las tres torres, en Averland…. Cerca del Paso del Fuego Negro.

Recuerdo el cambio obrado en mí tras el duelo… sentía tanto frio, una extraña sensación de presciencia en mi cuerpo, pero por encima de todo una sed que ninguna bebida podía saciar. No era yo el único que había cambiado, mis perros de caza, que antes de ese día habían sido vigorosos e inquietos me miraban expectantes y siniestros como si un monstruo creciera bajo su piel, y en los hombres a mi cargo era peor, callados, con la piel macilenta y los ojos vacíos, incluidos los de mi primo, que miraba al vacío sin casi reconocerme. Cuando monté mi caballo los hombres y las bestias me siguieron, como si mi única voluntad los rigiera a todos.

Descubrí que la luz del sol me hacía daño y que ningún alimento o bebida me calmaban, tres días de infierno deambulando por los bosques parecían haber terminado cuando llegamos a un pequeño asentamiento, poco más que una posada. Era terrible la sed que sentía… me adelanté a mi oscura comitiva al pueblo, solo las bestias, perros y monturas pudieron seguir mi paso.

Unos campesinos, montados en caballos percherones y con aperos de labranza, se rieron de mí al verme con las ropas destrozadas y la armadura media rota, una ira terrible se apoderó de mí y los destrocé con mis propias manos ante la mirada impávida de mis hombres, al terminar vi como mis antaño noble perros se comieron sus cuerpos desgarrados. El horror se apoderó de mí y salí corriendo hacia la posada, donde una joven camarera me abrió el paso pensando que me habían atacado e intentó ayudarme, pero embriagado por el olor de su miedo y la compulsión de mi sed me lancé hacia ella como un asesino. Me alimenté de su sangre como un animal, así como del resto de los habitantes que había en la posada, una vez saciado tras días de privaciones caí en un letargo varias noches.

Cuando me levanté vi a los pies de mi lecho de sangre a la mujer y a los labriegos que había asesinado, pero no en cuerpo… sino en espíritu… almas destrozadas y retorcidas atadas al mundo imposibilitados de salir de los círculos del mundo, sometidos y atados a mí por toda la eternidad.

Al salir al exterior de la posada vi el asentamiento destruido y mis antiguos camaradas de armas convertidos en monstruos sin carne ni voluntad solo huesos, muerte y olvido. Ahí me di cuenta de que me había convertido en un Monster der Nacht, einen Vampir, un Vampiro. Mi único pensamiento fue el de vengarme del terrible ser que me había matado y convertido en un monstruo. Partí con mi condenada hueste de muertos y espíritus hacia al sur, escondiéndonos de las grandes ciudades en dirección de las Tres torres.

En las colinas estériles encontré a Gallows, un mago oscuro de barba manchada y sombrero remendado, habilidoso con la nigromancia con un pequeño ejército de andrajosos esqueletos a su servicio, frío remedo de un señor feudal. Le tomé a mi cargo y le ofrecí protección contra los cazadores de brujas que le perseguían, a los que maté sin piedad. Con ese ejército unido al mío la cautela se volvió imposible y tuvimos que luchar para abrirnos paso, derrotando a las huestes del falso Emperador, pero en el proceso me alejaron del suroeste y tuvimos que dirigirnos a Sylvania.

Allí, mis primos lejanos habían sido derrotados hacía unos pocos años y toda su fuerza destruida pero la tierra era adecuada para los de mi raza, como si fuéramos uno con el alma del suelo mismo. En ese lugar conocí y atraje a William Blutige, uno de los hechiceros que habían servido a Manfred Von Carstein, era capaz de oler su desprecio hacia a mí, pero era muy poderoso, gracias a la posesión de un libro de antigua hechicería de Khemri, también pude convertirme en el amo de algunas de las criaturas de Manfred, unos grandes monstruos voladores sedientos de sangre que se arremolinaban a mi alrededor como los buitres siguen a los lobos o los cuervos a los viejos dragones. No podía controlarlos en el fragor de la guerra, pero su fuerza era inigualable.

20 años después de mi transformación encontré a mi señor en las Tres torres, con sus otros caballeros sanguinarios prestos a enfrentarme a mí. Me acerqué a él, desenvainé mi espada… y me arrodillé ante él, como su siervo. Estuve siguiendo a mi señor durante 300 años desde ese día hasta el día hoy, convirtiéndome en su segundo al mando luchando contra orcos, enanos e incluso las bestias del caos.

Hoy mi señor ha desaparecido, ha oído la llamada de Abhorash, padre de mi Clan, sus hijos van a enfrentarse para ver quien es el más digno. Yo he cogido mis fuerzas y me dirijo al norte… hacia vuestro encuentro…

Dieter den Stolzen. Señor del clan Dragón Sangriento.





Comandantes

  • Señor del Clan Dragón Sangriento de nivel 3, con arma a dos manos, Anillo de las Tinieblas, Honor o Muerte y Libro Maldito
Héroes
  • Nigromante de nivel 2 con Pergamino de Dispersión y Talismán Negro
  • Nigromante de nivel 2 con Libro de Arkhan
Básicas
  • 14 guerreros esqueleto con armadura ligera, escudo y grupo de mando completo
  • 14 guerreros esqueleto con armadura ligera, escudo y grupo de mando completo
  • 5 lobos espectrales
Especiales
  • 6 caballeros negros con barda, escudo y grupo de mando completo
  • 5 espectros condenadores
  • 20 guardias de los túmulos con escudo, grupo de mando completo y Estandarte de Guerra
  • 3 vargheists
Singulares
  • Doncella espectral


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