sábado, 23 de junio de 2018

[LA CIUDAD DE LOS CONDENADOS] Y los muertos se alzarán...


¡¡Saludos buscadores de piedra bruja!!

Demasiadas veces se ha alzado Morrslieb sin haber podido actualizar la sección de Mordheim, pero la Vida Real tan enemiga siempre de nuestros queridos wargames me había mantenido alejado del blog.

Pero ya estamos de vuelta con más combates desesperados, brazos partidos, amputaciones de miembros y demás "cosas del directo".





En esta partida de la campaña me las vería con Fran de nuevo pero en esta ocasión ya no me enfrentaría a su banda de Cazadores de Tesoros Enanos porque sencillamente ¡ya no existían!.
Y es que la desgracia pareció perseguir a Bloodwieser y Pólvora S. L. pues tras dos escaramuzas en la Ciudad de los Condenados, su líder Axel y gran parte de los integrantes de la Sociedad fueron asesinados... Tras pensarlo concienzudamente, el nuevo líder decidió disolver la maltrecha hueste de supervivientes, repartir los escasos dividendos obtenidos y dar digna sepultura a los caídos.

Los enanos entierran a sus parientes fallecidos en Mordheim.


Pero dónde hay muerte también hay vida o... ¿no-vida? y ahora  una banda de No Muertos liderados por el arrogante y no menos decadente Lestat el Vampiro se apresuran a cumplir con los caprichos de Vlad von Carstein...



CARACTERÍSTICAS DE LA PARTIDA

-Partida: número 3.
-Contendientes:
Rufianes de Heinrich (mercenarios de Reikland),
Muerte Eterna (No-Muertos)
-Escenario: A la búsqueda de la Piedra Bruja (nº3)
-Condiciones de victoria: hasta que sólo quede una banda en juego.
-Experiencia:
+1xp por Sobrevivir.
+1xp Jefe Vencedor.
+1xp Marcador de Piedra Bruja.
+1xp Por enemigo fuera de combate.



La luz mortecina de Morrslieb brillaba aquella noche de manera extraña y proyectaba sobre las ruinas de Mordheim espeluznantes siluetas. Heinrich y sus hombres habían pasado el día entero buscando fragmentos del prodigioso mineral en vano y cuando el crepúsculo cubrió con su oscuro manto la Ciudad de los Condenados llegó el momento de volver al campamento.
Cuando los hoscos mercenarios de Reikland atravesaron uno de los barrios en ruinas se detuvieron en seco, maravillados. Por todos lados se podían divisar montones de piedra bruja emitiendo el característico brillo de color verde.

Heinrich no podía creerlo, ¿cómo demonios era posible que ese miserable barrio, otrora rico y populoso, ahora cubierto de escombros albergara tal cantidad de piedra bruja?. Consultó el rudimentario mapa que le habían malvendido. La disposición de los edificios en nada se parecía al croquis dibujado en el pergamino y, tras pensarlo unos segundos, dio las órdenes que sus muchachos aguardaban con impaciencia.

“Separaos en grupos y registrad la zona. Haced acopio de toda la cantidad de piedra bruja que podáis”-ordenó el capitán mientras observaba detenidamente los rostros de sus mercenarios. Los hombres parecían inquietos y estaban agotados.

Heinrich mismo notó que su corazón latía salvajemente y, haciendo acopio de la disciplina y el autocontrol que más de diez años de servicio en el ejército del Conde de Reikland le habían otorgado, sentenció:
“Después volveremos al campamento muchachos”.

Antes de que los hombres de Reikland se internaran en las ruinas del sector Helmut Zweihänder se acercó al capitán mientras murmuraba palabras incomprensibles.

-“No me gusta este sitio Heinrich”-comentó en voz baja el veterano guerrero “Siento como si algo nos observara. Tú… tú también puedes sentirlo, ¿no es así?”.

-“Haz tu trabajo Helmut y pronto estaremos en el campamento”-contestó de forma tajante el líder de los Rufianes.


Helmut regresó junto a Sigmund maldiciendo en voz baja. Fritz y Sebastian registrarían el flanco izquierdo mientras Karl el Viejo y “Puntería” Tim harían un barrido por las pasarelas de los edificios en ruinas del centro. En el flanco derecho  Heinrich y el patrón de los Rufianes, el hechicero Tadeusz Topka, avanzarían acompañados por dos secuaces incorporados recientemente a la banda...








Por desgracia para los reiklandeses, éstos no se encontraba sólos ni mucho menos pues una hueste de No Muertos dirigidos por el infame vampiro Lestat también habían procedido a explorar la zona y recoger los fragmentos de la piedra bruja.




(Nota aclaratoria: Las miniaturas de la Milicia Imperial son tres Desechos y las dríades son Necrófagos)


Lestat, oliendo la sangre humana, se pasó la lengua por sus colmillos y avanzó hacia los hombres de Heinrich como el león que avanza hacia su presa mientras que Lich, el nigromante, ordenó a sus podridos y deformes sirvientes avanzar por el centro.
Karl el Viejo, que pese a su edad alcanzó de un salto y escaló la medio podrida pasarela, cogió un fragmento de piedra bruja. Desde su privilegiada posición contempló la tambaleante hueste de muertos que se acercaba lenta y silenciosamente hacia las posiciones de Sigmund y Helmut Zweihander y alertó a los Rufianes con un sonoro grito: ¡¡MUERTOS VIVIENTEEEES!!

 Karl el Viejo avista a los No Muertos y da la alarma...

                            

Justo en el momento en que Karl lanzaba la voz de alerta Sebastian y el capitán Heinrich recogieron también sendos pedazos del mágico mineral.






Tras el grito de alerta todos los hombres de Heinrich tomaron posiciones defensivas a la espera de abrir fuego contra los No Muertos.

Sigmund disparó con su arco hacia la silueta de un enorme lobo espectral que se proyectaba a la lo lejos pero su flecha se perdió en la oscuridad sin acertar a su objetivo.

“Puntería” Tim colocó un virote en su ballesta y apuntó a uno de los necrófagos que se afanaba por extraer un fragmento de piedra bruja de la pared de un piso en ruinas del edificio de enfrente. La precisión del ballestero honró a su apodo y la desagradable criatura retrocedió entre alaridos de dolor mientras se llevaba la mano a la flor de muerte que había crecido de forma instantánea en su hombro. El necrófago tropezó y cayó por el borde del piso hacia el suelo pero aunque la altura era importante el grimoso ser solo sufrió una pequeña contusión y además su garra se cerraba de manera ansiosa sobre el preciado premio luminiscente.


“Puntería” Tim dispara su ballesta contra un necrófago solitario.

                 
El necrófago queda tendido en el suelo tras sufrir una aparatosa caída.

Lestat se lanzó a la carga contra el hechicero Tadeusz. Podía sentir su poderosa magia y por ello era menester acabar con la vida del miserable antes de que pudiera utilizar su hechicería. Por ello una de sus “mascotas” se abalanzó también contra el mago pero uno de los secuaces de Heinrich, imbuido de coraje,  interceptó la carga valientemente. El lobo atacó furiosamente con sus garras y colmillos pero falló sus ataques y su contrincante paró un zarpazo destinado a cercenar su garganta. El hombre tampoco pudo acabar con el cadáver reanimado del lobo.





Más diestro estuvo Lestat el Vampiro que con un movimiento casi imperceptible para la visión humana, hundió su estoque en el vientre del hechicero. Tadeusz Topka no tuvo ninguna oportunidad.
Heinrich debió pensar que si el mago y además su patrón moría, él y los Rufianes se quedarían sin trabajo así que se lanzó a la carga contra el vampiro confiando en su habilidad de espadachín y, por qué no decirlo también en su armadura pesada y su escudo. El capitán mercenario lanzó una lluvia de golpes y estocadas que fueron esquivadas con sorprendente velocidad por el vampiro que soltó una carcajada que heló la sangre del veterano guerrero. De hecho tal era la rapidez del nosferatu que uno de los secuaces de Heinrich intentó atacar por la espalda al no muerto pero su estocada fue esquivada en el último momento. El sirviente de la noche frunció el ceño  y de un rápido movimiento de muñeca con su estoque le hizo un profundo corte en el rostro a Heinrich von Konrad que cayó al suelo inconsciente.

Las cosas no marchaban bien tampoco en la zona centro. Fritz fue acorralado por un zombie y un necrófago  y tras los golpes recibidos cayó al suelo sin conocimiento. Sebastian, también atacado por un zombie y un necrófago, perdió los nervios y bajó la guardia, circunstancia que aprovecharon los no muertos para derribarle.



Sólo Sigmund y Helmut aguantaban la posición y,  gracias a la enorme pericia de Helmut un lobo espectral que intentó atacar al secuaz arquero quedó ensartado por el enorme mandoble de Zweihander.


Pero poco se pudo hacer. Finalmente el pánico cundió entre los Rufianes y huyeron para salvar sus vidas...

Cuando ya no quede sitio en el infierno, los muertos… caminarán por la Tierra...

COMENTARIOS POST PARTIDA.

Era la primera vez que me enfrentaba a los No Muertos y... me dieron una buena. No tuve en cuenta los efectos de la regla especial miedo y fallé muchos chequeos de liderazgo que prácticamente regalaron los combates a mi rival. Creo que mi despliegue fué nefasto a excepción de Karl y "Puntería" Tim que pudieron disparar a placer pero con pocos efectos. Diseminé demasiado a mi banda en parejas y como consecuencia de esto último mis luchadores fueron superados en número por los esbirros de la noche.

El momento en que Puntería Tim clavó un virote en la cabeza de ese apestoso necrófago fue esperanzador... para instantes después ver como la criatura se volvía a poner de pie vagamente magullada... creo que fue una especie de presagio, de advertencia, pero apenas empezaba la partida y estaba lleno de fe en mis hombres...

¡Y ese desgraciado de Lestat!... maldito sea el y toda su raza... En serio, el vampiro es una máquina de picar carne. El sólo se encargó de mi hechicero, de mi capitán mercenario y de un secuaz.

Aprendí un par de lecciones ese día aún a costa de que mis hombres huyeran con el rabo entre las piernas y volvieran al campamento más pobres que una rata... ¿o un skaven?


Y con esto queridos niños terminan las aventuras de los Rufianes de Heinrich en Mordheim. Por desgracia aunque pude jugar una partida más de la campaña, se me olvidó documentar el desgraciado encuentro que mis Merceneraios de Reikland sostuvieron contra los skaven de Emilio, aunque hay un breve reportaje en la web de la campaña. Por lo demás, las obligaciones de la Vida Real se fueron multiplicando y tuve que dejar la campaña. 
Mordheim es un juego que me ha gustado mucho y he disfrutado la campaña desde el primer día. Sin embargo se queda un poco a la sombra de mi amado Necromunda.

Si todavía queréis hacer el seguimiento de la campaña que jugamos la tenéis aquí: http://mordheim.es

Por mi parte sólo deciros que algo acecha en el las ruinas del Submundo...

1 comentario:

  1. Gran informe y la campaña esta genial, espero que retomes alguna partida mas adelante :)

    ResponderEliminar