¡Buenos días! Hace ya unos cuantos meses que no podíamos disfrutar de las dotes artísticas de Julen en el blog, pero eso no significa que no haya estado trabajando en proyectos de hobby, y nos ha preparado un tremendo artículo de conversiones del que algún truquito se puede extraer.
“Yo... tengo asuntos
que atender. Los he pospuesto ya demasiado”
Bilbo Bolsón
¡Muy buenas, Legendarios!
He estado mucho tiempo, demasiado, sin dar señales de vida.
Pero después de unas buenas vacaciones, vuelvo a vosotros.
Cuando finalicé la escalada el año pasado, sabía que este
2025 no iba a ser muy fructífero en cuando al pintado de ejércitos puesto que quería
dedicarle más tiempo a la conversión de miniaturas y/o a la creación de
dioramas/escenografía. Por lo que, sabiendo el tiempo que me llevan estas
cosas, no podía comprometerme a presentaros nada decente de manera constante.
Aun así, a pesar de caerme de la escalada, prometí seguir contribuyendo al blog
de una forma u otra.
Y ese día ha llegado. Creo que, después de más de medio año
dándole caña a la masilla, puedo recopilar fotos y miniproyectos suficientes
para empaquetarlo todo dentro de una entrada relacionada con la conversión de
miniaturas.
Los que hayáis seguido mis anteriores escaladas, os habréis
dado cuenta de que la conversión de miniaturas es una cosa con la que disfruto
y me mortifico a partes iguales. Para mí todo sería mucho más fácil (¡y
rápido!) si me dedicara a comprar y pintar miniaturas directamente, pero los Dioses
del Caos son caprichosos…
Artículo de la White Dwarf para crear una casa de Warhammer Fantasy desde cero.
Por suerte (o desgracia) conocí este mundillo en la década
de los 90, cuando el enfoque que Games Workshop le daba al hobby era
completamente diferente al de hoy en día. En aquella época nos animaban a crear
uno mismo los elementos de escenografía, conversionar miniaturas usando piezas
sacadas de cualquier sitio, y, en definitiva, a potenciar nuestro lado más
creativo para exprimir el hobby al máximo. Así que cada vez que veo una entrada
o un video en internet de alguien realizando cualquiera de estas actividades
sin usar una impresora de 3D, es normal que se me escape una lagrimita de
felicidad y nostalgia.
En esta ocasión os voy a enseñar, paso a paso, cómo he hecho
una conversión de un portaestandarte de batalla partiendo de una de mis
miniaturas favoritas del ejército de enanos: el miembro de la dotación del
cañón órgano de metal con el casco alado.
Ya en mi última entrada de la escalada del año pasado dejé
caer que esta idea me había estado rondando la cabeza durante muchos años. Así
que, después de terminar de pintar mi cañón órgano, me armé de paciencia y
comencé mi búsqueda para encontrar una segunda miniatura. No tuve que esperar
mucho, la verdad, porque en cuestión de un par de meses obtuve mi recompensa.
No me podéis negar que la mini mola mil (Colin Dixon fue lo mejor que les pudo pasar a los enanos de GW).
Lo primero que había que hacer era quitarle el encendedor
(¿?). Podía haberle quitado sólo la parte superior y aprovechar la que va desde
la mano hasta el suelo (y que tiene pegada al cuerpo), pero aquí empezaron mis
particulares comeduras de cabeza. Si dejaba esa parte, significaría que: i)
tendría que mantener la forma cuadrada que tiene el mástil en la parte que
creara y ii) el estandarte, siguiendo la inclinación que tiene el mástil, me
iba a quedar muy escorado hacia un lado. Por lo que, sí, lo habéis adivinado,
quité todo el mástil lo mejor que pude mediante tenacillas y bisturí, dejando
la parte del cuerpo del enano lo más limpia posible (teniendo en cuenta que es
una miniatura de metal, os podéis hacer una ligera idea de lo que me costó; por
suerte no me llevé ningún dedo en el intento).
Además, le hice una incisión con las tenacillas cercana a la
axila para poder enderezar el brazo con mayor facilidad y así poder ponerle el
estandarte en una posición más vertical. Después de esto, sólo me quedaba
hacerle un agujero que le atravesara la mano para dejar todo listo y empezar a
darle caña a la masilla.
Si nuestro enano iba a ser un portaestandarte de batalla,
había que proporcionarle un equipamiento acorde a su estatus. El casco mola
mil, y nadie debería tener ningún tipo de duda de que le ofrece a su portador
una tirada de salvación por armadura de 2+ y una especial de 4+, pero siempre
habrá por ahí algún despistado al que habrá que dejarle claro que nuestro porta
va chapado hasta las cejas. ¿Y cómo empezamos a llenar de buen gromril a un
enano? Con una cota de malla de calidad, por supuesto.
Para ello usé masilla verde directamente sobre el faldón de
la chaqueta del enano. Hay mil tutoriales en internet para ver cómo se hace una
cota de malla y muchos están mejor explicados (y realizados) de lo que yo pudiera
describiros aquí, por lo que no profundizaré en el tema.
Sólo comentar que las anillas me salieron un poco más
grandes de lo que me hubiera gustado. Usé una aguja bastante gruesa porque las
finas que tengo tienen la punta demasiado afilada. Esto no supone ningún
problema cuando dispones de un grosor razonable en la capa de masilla a modelar,
pero si es fina, como es el caso, la aguja no puede profundizar bien y sólo te
queda la marca de un punto minúsculo en cada perforación. Podría haber limado
un poco la punta de la aguja pero lo dejé pasar. De todas formas, el resultado
no me desagrada. Comparándola con las cotas de malla que se estilan hoy en día
por eso de la impresión 3D, no desentona tanto. También sufrí bastante
rellenando el hueco de la argolla que todo buen miembro de una dotación enana
debe tener en su cinturón. Pensé en quitársela, pero esto también lo dejé pasar
(raro en mí, pero es que estaba saturado de tanto bisturí y limas).
Continué trabajando la cota de malla esculpiendo las mangas.
De esta forma también cubría el tajo que le había metido en la axila. Y,
aprovechando que la parte del faldón ya se había secado, le hice un añadido a
la parte inferior del mismo para poder hacer, en un paso futuro, un reborde a
la cota de malla como los que llevan los antiguos martilladores de metal.
Llegados a este punto, también me gustaría comentaros que
cada grupo de fotografías que veis agrupadas entre los distintos párrafos
corresponden, más o menos, a una sesión de modelado; un día de curro, vamos. Me
gusta dejar secar bien la masilla antes de dar el siguiente paso para evitar
sustos y ahorrarme maldiciones (más aún cuando
trabajo “por capas”).
Dejando la miniatura principal a un lado, y para cambiar un
poco de aires, me puse a trabajar en el estandarte. Tras rebuscar entre mi caja
de restos, y probar distintas combinaciones, me decidí por usar el estandarte
de los nuevos martilladores (creo) junto con el icono/estandarte de los
irondrakes. La otra opción era hacer una especie de tótem sin ningún tipo de
tela con un montón de iconos de distintos estandartes enanos (como el que tenía
el portaestandarte de metal que salió en 6ª). Estuve muy tentado a hacer esto
último y pintarlo todo de dorado, pero entonces caí en la cuenta de que, al
desplegarlo junto al resto del ejército, puede que no destacara tanto como el
resto de estandartes que llevo pintando con freehands y demás historias (eso en
sí mismo, podría ayudar a que destacara, pero no las tenía todas conmigo).
Después de limpiar la parte del estandarte de los martilladores
(retirando el antebrazo y la parte inferior, que reservaría para usarla más
tarde), hice una unión para poder juntar las dos piezas y darle algo de altura
al icono.
Una vez unido el icono a la parte superior del estandarte, con
ayuda de otra una varilla hice lo que sería la pieza de unión (y espaciador)
entre el estandarte, la mano y la parte inferior del mástil. La idea es dejar
estas dos piezas separadas para poder pintar todo por separado y pegarlo una
vez esté todo rematado. De hecho, es posible que la parte superior del
estandarte la deje sin pegar para que se pueda poner y quitar, facilitando así
su almacenamiento/transporte. Es lo que suelo hacer con todos mis
portaestandartes, aunque puede que en este caso haga una excepción y lo deje
todo bien unido. Ya se verá.
De vuelta al enano, fui añadiendo distintas capas de masilla
para hacer el reborde de la cota de malla en distintos pasos.
En el primero, usando sólo masilla verde, delimité el
espacio que quería que me ocupara el reborde tanto del faldón como de las
mangas.
En el segundo paso, usé una mezcla de masilla verde y
milliput para afinar el reborde y poder, una vez secada la masilla, lijarla y
dejarlo todo bien definido.
Ahora ya nuestro porta iba teniendo cada vez más presencia,
pero todavía me quedaba por arreglarle el desaguisado que le hice a su
honorable barba al quitarle el mástil. Para esto, volví a usar una mezcla de
masilla verde y milliput, ya que, en caso de ser necesario refinar los surcos
de la trenza, podría usar la punta del bisturí a modo de raspador. En este paso
también arreglé la chapa/broche que tiene en esa trenza. Al hacer esto, me
planteé hacerle unas gemas encima de esos broches planos (me lo estaban pidiendo
a gritos), pero como para esos detalles de última hora siempre hay tiempo, lo
dejé tal y como estaba para no arriesgarme a sobrecargar demasiado la mini.
Como todavía me sobraba bastante masilla de la mezcla que
había hecho, también me puse a alisar la que fuera a ser la parte trasera del
peto (¿espaldar? Me pierdo con esta terminología) y a darle un poco más de
volumen a la anilla del cinturón (ya que se había quedado enterrada a la hora
de hacer la cota de malla).
Bueno. Gran parte del trabajo ya estaba hecho. Ahora quedaba
añadirle detalles para enriquecer (sin pasarnos) un poco la mini. Comencé por
añadirle unas runas al casco. Aquí me costó bastante decidirme, ya que el casco
me parece perfecto tal y como está, pero, claro, un portaestandarte de batalla
no puede tener el mismo casco que el miembro de una dotación de máquina de
guerra (por muy honorable que este último sea), ¿no?
En este primer paso podéis ver cómo modelé las runas cuando
la masilla todavía estaba fresca. En posteriores fotos las veréis más
trabajadas después de haberlas rebajado y lijado para que no quedasen tan
toscas. Espero que cuando pinte la mini, las runas pasen un poco más
desapercibidas. De lo contrario, fuera runas y santas pascuas.
Cuando se hubieron secado las runas tuve que volver a
pararme y pensar cómo iba a seguir con la miniatura.
Por un lado quería darle algo más de presencia al arma, por
lo que le añadí un remate al final del mango que me permitiera añadirle alguna
filigrana de metal o, quien sabe, una gema en su base. Por otro lado, y
basándome en el hacha de la miniatura de Alrik, le modelé una finísima capa con
ondulaciones para darle algo de variedad y poder pintar la hoja de dorado. En
cuanto a la coraza, no tenía intención de modelar nada, pero la miniatura tenía
demasiado bien modelada la parte de la tripa, incluyendo una ligera curva de la
felicidad que se “montaba” sobre el cinturón. Por lo que decidí añadirle un
poco de masilla para darle un aspecto más uniforme.
Lo malo es que, al hacer esto último, dejé aún más enterrado
el símbolo enano de la hebilla del cinturón (al hacer la cota de malla del
faldón había conseguido salvarlo por los pelos). Así que al final decidí
ocultarlo completamente y modelar una gema bien hermosa (de esas que dan
envidia a los traicioneros orejas picudas). Esto me llevó a descartar
completamente la idea de incluir más gemas en los broches de las trenzas de la
barba (no hay mal que por bien no venga).
Cuando se secó todo lo anterior, me puse a trabajar en la
parte posterior del enano. Aquí alisé un poco más el espaldar, definí de nuevo
el cinturón (que se había quedado enterrado), y le añadí unos rebordes a modo
de espiral donde se “une” a las mangas. Finalmente, le añadí unas runas y gemas
al hacha.
Fue en este punto cuando me empezó a chirriar el añadido que
le había hecho al mango del hacha. Me parecía muy basto y hacía que el mango
fuera demasiado largo. Así que decidí quitárselo y dejar el mango original
(tuve que tapar el agujero que había hecho para insertar el perno, pero eso era
un mal menor).
Ahora sólo me quedaba hacerle una peana algo elaborada y que
ayudara a que la miniatura destacara sobre el resto de tropa. Tenía pensado
haberle hecho una piedra de los juramentos, pero quise ir a por algo más
sencillo.
Así que, de modo similar a lo que le hiciera a la peana de
Kragg, cogí unos trocitos de corteza de pino que suelo guardar de cuando quiero
hacer rocas más grandes, los puse de modo que dieran el pego de formar parte de
una única roca, y rellené/modelé los huecos con masilla intentando cohesionar
todo el conjunto.
Después de unos retoques aquí y allá, este es el resultado
final:
Estoy muy contento de cómo me ha quedado la conversión. La
única duda que todavía me queda es si he recargado mucho el hacha o no. Eso
sólo lo sabré cuando empiece a pintarla (puede que el año que viene).
Como regalito por haber llegado hasta aquí, os pongo unas
fotos de otras minis que he conversionado durante el último año: un maestro
ingeniero (partiendo de una miniatura de Avatars of War) y el mismísimo Alrik
sobre su escudo.
Miniatura original de Avatars of War.
Inicialmente, no tenía intención de hacerle ninguna
modificación al maestro ingeniero, ya que la mini me gustaba mucho. Pero, como
me ha pasado en otras ocasiones, cuando me llegó a casa, me quedé asustado de
la diferencia que había en la escala comparándola con el resto de mis enanos. Así
que, de entrada, tocaba rebajarle/remodelarle las piernas (una pena, porque la
cenefa de los bajos del faldón me molaba mucho). Luego me di cuenta de que el
martillo, la jarra y, en definitiva, las manos, también eran muy grandes;
vuelta a conversionar. Y, finalmente, no me imaginaba que el modelado del
bigote fuera tan plano. Así que nada, que me volví a enfrascar en otro
proyecto. No tengo fotos del proceso, pero os reto a que me digáis de dónde he
sacado todas las piezas usadas en la miniatura ;-)
En cuanto a la miniatura de Alrik, es también la miniatura
que se ha usado hasta hace bien poco como señor enano en porteadores del escudo
genérico, puesto que Games Workshop no había sacado ninguna otra hasta la
salida de The Old World.
Miniatura original de Games Workshop.
Cuando salió en su día, me quedé enamorado de ella (quitando
a Thorgrim y el yunque de 4ª/5ª edición fue de lo poco que no salía para ser
montado en una peana de 20x20). Pero siempre hubo algo que no me acababa de
gustar: ¿Por qué le modelaron los brazos tapándole media cara? ¿Por qué me
parece que le acaba de dar un tirón en la espalda cuando está lanzando el golpe
de hacha? Esa misma impresión me dio la miniatura de señor enano a pie con
máscara y chapado hasta las cejas que también sacaron por la misma época. La
forma de agarrar el hacha me parecía de lo más antinatural.
La imagen del libro de ejército me gustaba muchísimo más. En
ella Alrik tiene el hacha en tensión, preparada para asestar el golpe que
enviará a sus enemigos al abismo. Y, lo que en mi opinión es más importante, la
figura del rey enano no parece estar comprimida cual marine espacial por el
hecho de blandir un arma a dos manos.
Así que, manos a la obra. Tenía que, por un lado, modificar
el mango del hacha, y, por el otro, eliminar completamente el brazo derecho
(manteniendo la hombrera), haciendo suficiente sitio para poder modelar después
la barba.
Aquí tengo que admitir que me dio muchísimo respeto meterle
mano a la mini. Le tenía que hacer un vaciado serio a una mini de metal sin que
se me fuera la mano y me llevara media cara del rey en el proceso (o medio dedo
mío). Pero al final conseguí mi objetivo.
Y ahora sí que sí. Espero que todo este ladrillo os ayude en
vuestras futuras conversiones. Como premio os dejo una última imagen para que
intuyáis en lo que estoy trabajando ahora (puede que en una futura entrada os
cuente más acerca de este último proyecto).
Hasta entonces, sed felices y disfrutad de nuestro hobby.
¡Un saludo!
Ole si señor gran currazo
ResponderEliminarFlipante!
ResponderEliminarMe encantan este tipo de artículos.
ResponderEliminarYo también vengo de ésa época en la que las White Dwarf incitaban a hacerte tus propios elementos de escenografía y conversiones. Creo que si simplemente me limitase a pintar ya lo habría dejado hace años.
Está todo muy currado, pero lo que más me llama la atención posiblemente sea el Torque de Alrik.
Ardo en deseos de que llegue la parte de escenografía.
Gracias por el artículo.