lunes, 12 de mayo de 2025

[Escalada de los lectores] La escalada de Veseso: El paquete favorito de monstruos y personajes individuales por igual

  ¡Buenos días! En los últimos tiempos Veseso nos ha ilustrado en el Taller del Gobbo sobre los entresijos de un manitas de las miniaturas, pero ahora que tiene unas minis pintadas que mostar, nos deja esta entrada de escalada de los lectores para envidiar de kaudillos y grandes jefes.


Saludos de nuevo, compis escalistas y visitantes ocasionales del Blog.

Hace ya un montón que no os traía capítulo de escalada y hoy es ese día, y nada menos que con una de las unidades más queridas por los contrincantes de los pielesverdes: Los lanzapinchoz.



 

Como bien es sabido, estas simpáticas maquinitas, al igual que el calzado, o los disgustos que nos da la vida, siempre van de dos en dos, y dado que de crío sólo tuve uno (qué queréis, ya por entonces detestaba las máquinas de guerra, repetir minis, y lo que quería de verdad era partir cabezas), me tocó comprar el segundo. Claro, como ya he dicho anteriormente, detesto tener minis repetidas, así que cuando compré el segundo, lo hice aprovechando que ya iba a comprar otra cosa al mismo vendedor de Wallapop, dándose la feliz coincidencia que el lanzapinchoz que este tenía no conservaba la dotación.

-¿Feliz coincidencia, Veseso?-

Sí, porque ello me daba pie a reemplazar a la dotación, lo que unido a las pequeñas modificaciones que iba a hacerle a la máquina, haría que ambos conjuntos no fuesen iguales, cosa que me dejaba bastante más contento.

Como nota informativa para honrar a sus autores, diré que las minis son obra de Dave Andrews y Shane Hoyle (los créditos de la info van para el blog de Cargad!).

Bien, como siempre con todas las minis de segunda mano (contando la mía propia) tocó desmontar (y aquí he de reseñar que me encantaría saber qué pegamento usó el propietario de la que compré, pues me costó una barbaridad desmontarla, al punto que la mandíbula que hay al principio del lanzapinchoz la dejé tal cual porque estoy seguro que si hubiese seguido tensionándola, habría partido algo, seguro), decapar con alcohol y repasar todas las líneas de molde, tras lo que vino todo el trabajo de conversión:

Para modificar el lanzapinchoz comprado, únicamente le retiré las setas que tiene en el trípode (con posterioridad pude ver que en el studio de Workshop hicieron lo mismo con uno de sus lanzapinchoz, tal como puede comprobarse en la contraportada del libro de ejército de 6ª) y le retiré el virote que ya tenía montado.



  

Para su dotación, no obstante, hice algo más profundo, aunque barajé varias opciones para la misma, las cuales os desgranaré a continuación por si a alguien le pudiesen servir de inspiración para cualquier otro proyecto:

Opción 1º- La lista de ejército básica a 2.000 puntos que estoy siguiendo como guión para la escalada se articulaba en la idea de la unión de varias tribus de Goblins; Los comunes y los nocturnos.

Claro, idealmente, las aportaciones de cada parte a la horda iban a ser bastante parejas entre ellas, aunque ligeramente inclinada hacia el lado de los Goblins comunes dada la escasa variedad de tropa que tienen los nocturnos en 6ª, y como parte del plan para disimular esta descompensación de representación, se me ocurrió el poner la dotación del lanzapinchoz conversionado como si fuese de Goblins Nocturnos en lugar de Comunes (de hecho, el lanzapinchoz iba a ir a lomos de un Garrapato, guiado este por un goblin con una caña con un filete pinchado en esta), conversionar el gigante para que estuviese más ligado estéticamente a los Nocturnos y cosas así… pero era hacerme trampas al solitario y lo sabía, así que la opción de hacer la dotación de Goblins nocturnos se fue al garete…

Opción 2- Dado que ya sabía que no iban a ser nocturnos, se me ocurrió hacer una pequeña, pero en mi opinión, graciosa conversión, consistente en que mientras uno de los Goblins escrutaba con un catalejo el horizonte (con el otro ojo guiñado), uno de los 2 Goblins restantes tendría en la mano una marioneta de un lancero alto elfo, (habría hecho una miniaturización de los lanceros de plástico monopose de 5ª) la cual estaría preparando fuera del campo visual del Goblin que está mirando por el catalejo con la intención de darle un susto de muerte al compañero plantándole el elfo-marioneta de golpe frente al catalejo, todo mientras el Goblin que falta se partía la caja… Pero claro, entonces caí en que las dotaciones de Goblins no tienen la regla “Miedo a los orejotas”… a la mierda esta opción también.

Con lo que llegamos a la opción ganadora que podéis ver, la cual tiene las siguientes conversiones:


 

Empezando por lo que tienen todos, dado que las dotaciones Goblin no tienen armadura (como buenos ingenieros que están a cosas más importantes que darse de porrazos, claro), a los tres les quité todas las piezas de armadura al torso y a uno incluso le quité el casco de la cabeza con ayuda de los limatones, el buril chaple, el raspador y la lija.


 

Además, siguiendo con mis manías, intenté que sus caras fuesen distintas a las que serán las de los Goblins regimentales (no en vano, esta gente no va a ir en formación y se les ve más), y por ello, les cambié las facciones del rostro y la expresión (cirugía plástica, literalmente) como podréis comprobar en esta serie de imágenes del antes y el después, de nuevo con la ayuda del buril chaple, el raspador, la lija y algo de masilla… ¡áh, sí!, y decidí hacerles un “cogote” con masilla para que quedasen algo más naturales y no se notase la zona de ensamblaje entre la cabeza y el cuello.

Nota de Cordo: Me cuesta pensar que son la misma cabeza...





Los nuevos Beatles en Abbey Road, no me digáis que no.

Ya yendo uno a uno y empezando por el “jefe”, a este le puse cara de mala leche, le modelé un catalejo, y le conversioné el brazo derecho, todo para que aparentase acabar de localizar al objetivo y estuviese dándole indicaciones al resto de la dotación; “Kiero ke le endiñéiz a eze, el ke tiene máz plumaz en el kazko”.





El siguiente es el “amunicionador”. Este Goblin tiene la pose más dinámica, y traté que pareciese que está a punto de colocar un virote en el lanzapinchos, alzándolo mientras se encamina a él y parece que está diciendo algo “ya va jefe, ya va”… el virote está hecho como los del resto de virotes que lleva el último Goblin, pero la punta la hice aprovechando una de las moharras de lanza de los nocturnos, solo que redimensionándola un poco, y el brazo izquierdo está modelado entero en masilla.





El último es el más complicadete. Lo primero es que la cesta de munición está hecha con chapa de latón soldada y grabada a buril para hacerle las marcas del veteado de la madera de cara a facilitarme el pintado, y los virotes también están hechos de latón, con varilla en este caso, usando la moladora primero, y las aristas del limatón de triangulillo después para simular el trabajo manual de la artesanía Goblin (no veo muy apropiados para ellos los astiles perfectamente cilíndricos). Una vez le pegué la cesta de munición, escogí los brazos que mejor me iban para su pose final, pegué un alambre a la cesta de munición, le modelé las manos, la cuerda, las cinchas metálicas que trasladan el peso de la cesta a los hombros del Goblin, le puse expresión de “vaca mirando al tren” y le puse un lastre oculto en la peana (parece que no, pero esa cesta de munición pesa más que el Goblin). Por si alguien se pregunta por el extraño diseño de la cesta de munición, aclararé que pensé que al ser tan largos los virotes, el pobre gobbo podría tener problemas si tenía que ir cargado con eso monte arriba y monte abajo por el tema de la estabilidad, por lo que se sirve de esa cuerda para poder variar la inclinación de la cesta según anda… pobre, con el ingrato cometido que tiene, qué menos.









Como nota curiosa que quisiera añadir, si os fijáis, las “plumas” de mis virotes son metálicas, y esto no es por casualidad; yo antes tiraba con arco (y de hecho, estoy a ver si recupero la costumbre), y el tema es que en las flechas de los arcos tradicionales, los estabilizadores (esto es, las plumas) han de ser plumas y no otro material rígido porque si fuesen rígidos, al chocar contra el cuerpo del arco cuando se disparan, se dañaría la flecha, el arco, y la flecha iniciaría la salida con una sacudida, en cambio, al ser plumas, estas se adaptan al cuerpo del arco cuando impactan con él y recuperan su forma una vez han salido, siendo por tanto unos estabilizadores magníficos; no obstante, este tipo de problema físico no se da en ballestas y lanzavirotes, porque el estabilizador no va a chocar con nada antes de abandonar el artilugio, y por ello, en estas armas, los estabilizadores eran, o de madera, o de metal, pero no plumas.



  

Y ya lo demás fue el típico trabajo de pintura en el estilo que estoy intentando darles a mis Goblins. Dado que alguna vez me habéis preguntado sobre cómo les pinto la piel, aquí os dejo un “time lapse”. No puedo deciros qué pinturas usé porque son mezclas que hice en su día y guardé en botes cuando empecé con los Goblins y no me acuerdo de qué pinturas usé en concreto… pero este es el proceso, vaya, yo no uso tintas ni nada de eso, sólo la pintura más o menos diluida, tratando de interpretar dónde van las luces y las sombras tal como yo creo que deberían de estar.



De cosas que resaltar, más o menos lo de siempre, que he tratado de poner muchos tonos distintos a las diversas piezas de madera que conforman los lanzapinchoz para tratar de darles ese aire chapucero tan típico de los Goblins, y que me encanta oxidar los metales… no entiendo esa manía de las razas “civilizadas” de pulirlo todo, con lo bonito que es el óxido…


 

Y hablando de manchas y fenómenos paranormales, si hubiera un químico o un físico que lea esto, agradecería mucho que me explicase la faena que está padeciendo el pobre lanzagoblins, me explico; cuando en su momento me dispuse a determinar dónde y cómo debía ir pegado en su peana, le tracé una línea longitudinal sobre la peana para poder colocarlo lo más centradito posible sobre la misma, y dicha línea la tracé con un permanente rojo… claro, por lo que se ve, el plástico de la peana ha sido incapaz de absorber la tinta del permanente, y la marmolina que he usado para representar la tierra, al igual que la pintura que la cubre, sí que ha podido, con lo que digamos que la línea ha “reflotado” hasta poder ser visible de nuevo...



  

Hasta aquí digamos que más o menos puedo entenderlo, (y me fastidia que esa línea se vea, no sabéis cuánto), el tema es que no entiendo el que esa línea no se haya ido difuminando a medida que iba atravesando capas, quiero decir, la puñetera está perfecta, no se ha dispersado lo más mínimo…. ¡si es que incluso mantiene el grosor de línea original del marcador sobre el relieve!; ¿no debería de haberse dispersado en los 180º de superficie libre que tiene sobre la peana de forma desigual?... no sé, supongo que lo hizo un mago… esperaré un tiempo a que “se manifieste” y estabilice por completo, e intentaré eliminarla con alcohol y éa, a pintarla de nuevo… bien mirado, puede que esto sirva para hacer algún experimento en el futuro tratando de hacer marcas mágicas sobre las peanas a través de la marmolina… en fin.

Con estos lanzapinchoz me congratulo de poder gritarle al mundo que ¡YA NO TENGO QUE PINTAR MÁS MÁQUINAS DE GUERRA!; ¡¡¡YÚUUUUUUUUHÚUUUUUH!!!, a partir de ahora, sólo restan para los Goblins cosas chulas, ¡YÉHE!



Ya llegando al final del artículo, quería haceros una propuesta para interactuar algo más entre nosotros: lo siguiente que tengo que pintar está entre 2 opciones; o el gigante de plástico “con chorprecha” o el rebaño de Garrapatos combinando minis de las nuevas de plástico y de las antiguas de metal. Por ello, ahora, mientras que Cordo publica el artículo, y hasta una semana después de haberlo publicado, me dedicaré a repasar rebabas de los modelos y a prepararlos, pero pasada esa semana tras la publicación, y atendiendo a lo que hayáis ido votando entre todos (y ojo que yo no voto, lo hace otra persona de mi confianza por mí, la cual ya me ha dicho que prefiere los garrapatos… ¡Pero no os dejéis influenciar, el voto es personal!), pondré un último comentario al final del artículo con el recuento y resultado final, ateniéndome a lo que salga, así que, ála, la votación será a través de la caja de comentarios, un voto por persona, a elegir entre el gigante o los garrapatos.



 

Bueno, seguro que se me está olvidando algo, pero qué queréis, así somos los Goblins, ¡Nos vemos!

Veseso, “El Gobo errante”, en Cuenca, a 06/05/2.025


4 comentarios:

  1. Buah, increible. Ha quedado chulisima la dotación, y trabajar con latón nada menos, que lo hace mucho mas complicado porque las herramientas que solemos usar no sirven para ese material. Enhorabuena por el currazo y la imaginación al pensar en ideas originales para solucionar la falta de dotación. A veces uno opta por la opción rapida y sencilla por tal de avanzar y tenerlo acabado cuanto antes, pero tomarse su tiempo para pensar y modelar de cero tantas partes... chapó! Por cierto interesante el dato de las plumas de las flechas, jamas lo hubiera imaginado. Y mi voto va a ir, como no a los garrapatos, me muero de ganas de ver como los vas a pintar y que cambios vas a añadir.

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  2. Acojonante trabajo, enhorabuena!
    Mi voto va para el Gigante que con sus infinidades de opciones de conversión te lo tienes que pasar como un niño en Disneyland

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  3. Increíble el cuidado que le has puesto a estas minis, increíble de verdad. Más allá del pintado, que es espectacular como siempre, el hecho de reesculpir las caras de una dotación de lanzapinchoz, fabricar piezas en latón, un brazo desde 0... ¡Y todo por unos humildes goblins del lanzapinchoz! Desde luego, pese a llevar goblins tienes Liderazgo 10.

    Mi voto va para el gigante, con las opciones de personalización que tiene y tus antecedentes en esto y en el tratamiento de las pieles, estoy seguro de que nos va a dejar con la mandíbula colgando.

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  4. Locurón. Menudo curro te has pegado con esa dotación. Toda una preciosidad (las caras son espectaculares y el uso de metales para el resto de conversiones es pura dedicación y artesanía). Muchas gracias por compartir todo el proceso (incluyendo el de pintura). Qué suerte tienes de haber terminado las máquinas de guerra de tu ejército (por ahora, jejeje). Yo me tendré que seguir peleando con las mías...

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