[Escalada de los lectores] La escalada de Duffman: Mayo 2023

Buenos días, especialmente si eres de los que le falta tiempo de hobby últimamente. Hoy vamos a tratar de matar un poco ese mono gracias a la  escalada de los lectores ya que Duffman aparte de sus avances pinturiles ha cogido la costumbre de amenizarnos con su trasfondo, que siempre entra bien.

Buenas de nuevo navegantes de mares grises a esta escalada de mayo, aquí Duffman. Comentar (más por toc que por importancia), que el mes pasado el capítulo era el 4 (olvidé cambiarlo) e “Irlas, el príncipe de Murcian” era en realidad el “Urlash, príncipe de Mourkain” (maldito corrector de Word que no conoce los nombres de vampiros strigoi inventados).

 

Capítulo 5: La Guardia Estaliana

Los pielesverdes habían sido vencidos, pero no derrotados. Otto sabía que tarde o temprano volverían, siempre lo hacen, aunque al menos había ganado tiempo suficiente para que Averland pudiese prepararse para dicha amenaza. En cualquier caso, el nuevo nigromante sabía que no podrían quedarse ahí por mucho más tiempo. Debían salir del Imperio lo antes posible y el camino más corto era hacia el sur.

El maestro Hansel explicó que era el momento de saldar su vieja deuda con Urlash y ayudarle a llegar a su antiguo hogar: Mourkain. Waismann, ya sin nada que perder aceptó, pero con la condición de desviarse hacia el noreste, cruzar el río Aver Azul que delimita la frontera con la Asamblea y acercarse a la frontera de Sylvania. Otto pretendía despedirse de su hermano, el cual pertenecía a una orden de caballeros emplazada en esa zona. Si podría hacerlo en persona o no, debido a su nueva condición, no lo sabía, pero al menos lo intentaría.

Por otro lado, cruzar los reinos fronterizos y las tierras yermas no estaba al alcance de casi ningún contingente humano, y aunque la logística se simplificaba enormemente con un ejército de no muertos y necrófagos, seguía siendo un camino plagado de peligros para el cuál necesitaban más y mejores tropas.

Así pues, se dirigieron a su destino, pero pasando por un lugar no conocido por muchos, pero con relativa fama entre los averlandeses de la zona: El cerro de los estalianos. La leyenda sobre este lugar se remonta a las cruzadas de Arabia. Cuando Estalia fue recuperada de las manos del hechicero Jaffar, algunos estalianos que habían perdido su hogar y familias, se unieron a la invasión de Arabia con ansias de venganza. Muchos perecieron en esta guerra, pero muchos otros sobrevivieron luchando codo con codo con bretonianos e imperiales y forjando amistades y pactos de honor con dichos soldados y señores. Las cruzadas duraron casi un centenar de años, y fueron las generaciones posteriores de uno de estos grupos, criados ya en el seno del ejército imperial, pero manteniendo aún las tradiciones de su origen, las que regresaron al viejo mundo cuando dichas campañas terminaron.

Sin hogar, pero vinculados irremediablemente al Imperio se asentaron en este, y aunque prácticamente podían considerarse ciudadanos imperiales, seguían manteniendo la tozudez y estoicismo característica de los estalianos. De este modo, en el año 1552, este contingente se encontraba formando parte de un pequeño ejército imperial que se dirigía al sur cuando fue asaltado por una gran partida de hombres bestia que intentaba abandonar esas tierras después de la derrota del siempre odiado caudillo Ghortor el Cruel en Hochland. Los caóticos comenzaron a causar una gran mortandad entre las tropas y solo la resistencia hasta el último hombre que ofrecieron los estalianos permitieron que el resto del ejército escapase.

Unos días después, cuando, con ayuda de refuerzos, los humanos recuperaron el terreno, encontraron los cuerpos de dichos soldados y caballeros formando un circulo, en perfecta formación, en la parte alta del cerro. Como tributo a semejante sacrificio, fueron enterrados con sus armas y armaduras en dicho cerco construyendo un enorme túmulo el cual comenzó a llamarse el cerro de los estalianos.

                                            

Convocar a tumularios a formar parte de un ejército no muerto está al alcance de muy pocos nigromantes. No son marionetas inertes como los zombis o los esqueletos ordinarios, sino almas con cierta autonomía y recuerdos. Hansel no tenía suficientes conocimientos para dicha convocación, mucho menos Otto. Sin embargo, este último emergió de la tumba de los estalianos tras tres días en ella acompañado por un puñado de estos soldados a pie e incluso varios caballeros. De cómo lo consiguió es difícil explicarlo, pero allí donde no llegaba su poder, las almas de aquellos soldados encontraron un propósito común con la del nigromante. Un propósito que lo distinguía del resto: la defensa del Imperio.

 

 

Nota de Cordo: Me encanta esa última justificación de la invocación, genial recurso maese Duffman.

Guardia estaliana a pie

No me gusta como ha quedado el estandarte, pero pretendo revisarlo en un futuro. Quería que los colores siguiesen siendo los de Averland para mantener la coherencia con el resto del ejército, pero también podrían pasar por tropas de Mousillon.

Caballeros estalianos

Manteniendo el esquema de color, imanté el grupo de mando, por si cuando pinte una segunda unidad me da por montar un trolebús de caballeros o dos unidades de 5.

Veamos los números de mayo:

• Entradas:  16
• Ventas: 0
• Pintadas: 5 caballeros negros (10), 20 tumularios (20) = 30

Estado de objetivos:

1.      Balance: Acumulado – Compras + Ventas + Pintadas = -59 -16 + 0 + 30 = -45

2.      Condes: 1.179 + 290 (20 tumularios con escudo y GM) + 165 (5 caballeros negros con barda y GM). 1.634/2500 puntos (65%)

3.      Imperio: 20/20 miniaturas (100%) Completado.

4.      Bonus: Orcos y goblins (0%)

5.      Partidas: 6+2. 8/12 (67%).

He avanzado bastante en la confección de los condes vampiro, y en general parece que voy a conseguir los objetivos, excepto el principal: La continua entrada de minis por la colección de Imperium y alguna compra “tonta” por wallapop para tener algo de variedad de personajes. Si no doy salida a unas cuantas minis va a ser complicado cumplirlo.

Por otro lado, como experiencia que aplicaré cuando empiece a pintar orcos y goblins, si eres jugador de sexta/sexta ampliada/mdn, te indicaría lo siguiente: Si estás iniciando un nuevo ejército, hazlo por las unidades del libro de sexta pura. Comento esto simplemente porque veo que muchos torneos se decantan por jugar sexta pura (el mes que viene jugare el tercero este año), por lo que las unidades que puedes usar se reducen drásticamente. Por eso, aconsejo hacer un núcleo de unidades de sexta (1500 o 2000 puntos, lo que cada uno estime) y luego comenzar a añadir otras unidades. Pero vamos es simplemente un consejo, cada uno que haga lo que le salga del pincel, faltaría más.

Nota de Cordo: No solo es un buen consejo por motivos de logística, sino por motivos de funcionamiento del ejército. Las unidades de sexta estaban en la cabeza de los diseñadores de los ejércitos cuando los moldearon y encajan con la dinámica del ejército, por lo que es más rápido hacerse a la forma de jugar la facción si se tienen sus herramientas básicas.

Respecto a las dos batallas que libré este mes, fueron mi inicio en el camino de la nigromancia. Una de ellas fue muy divertida contra orcos y goblins, destacando que mis caballeros recién pintados formaron un excelente pincho moruno cortesía de un lanzapinchoz goblin afortunado. La segunda fue contra otro conde muy experimentado, en la que el enfrentamiento se convirtió más en una charla entre amigos, y en la que mi rival, a pesar de derrotarme, me indicó muchos consejos a la hora de usar esta facción.

Un abrazo y Warhammer.

Duffman