lunes, 16 de marzo de 2020

Un poquito de historia...de los wargames (Parte 2)

Muy buenas ávidos miembros de la escuela de oficiales. Parece que la última entrada de Peto caló entre el público, así que aquí le tenéis para seguir hablando del origen e historia de los wargames. Pero en pildoritas, para que nadie se canse.




Buenos días de nuevo,
Pues hoy toca meterse con la segunda parte de la historia de nuestro hobby y hoy hablaremos del primer juego de miniaturas que existió y no chicos, no era ninguno de Games Workshop, empresa de la que hablaremos más adelante, aunque no lo creáis.
Todo comenzó en la casa de un conocido escritor británico llamado Herbert George Wells, el famoso escritor de “La Guerra de los Mundos”, pero no os asustéis, no creó un juego en el que lucharan marcianos y humanos.
Nota de Cordo: Has perdido mi atención maese Peto...
Según cuenta la leyenda, después de una cena con un amigo suyo, su amigo, aburrido, se puso a disparar con garbanzos con un cañón de juguete a unos soldados de plomo del señor Wells y ambos llegaron rápidamente a la conclusión de que con unas reglas algo más elaboradas podrían hacer un juego más llevadero que el Kriegspiel alemán.
Y así nació “Little Wars: un juego para niños de entre doce y ciento cincuenta años y para aquellas muchachas especialmente inteligentes a las que les gustan los libros y los juegos de chicos”. Ojo a la descripción, que no pretende ser sexista, sino inclusiva al decir a las niñas que dejaran sus labores del hogar para jugar con los chicos. Cabe apuntar que HG Wells fue un firme defensor de los derechos de la mujer.

Era un juego por turnos en el que se usaban figuras de plomo y existían reglas para caballería, infantería e incluso artillería “garbancera”, donde si el leguminoso proyectil daba a las tropas las mataba directamente. Llegó incluso a crear reglas para logística y transporte en trenes por si alguien quería jugarlo a mayor escala. Por curiosidad os diré que las reglas estaban escritas en un estilo jocoso en el que el propio Wells hace de general escribiendo sus memorias y aparecen fotografías de una partida jugada por el mismísimo Wells ilustrando así las reglas del juego.
Aunque no lo creáis el juego de Wells tuvo un gran impacto ya que se juntaba una mezcla explosiva de reglas fáciles y muñecos baratos para poder usar en tus partidas, por lo que muy probablemente y sin equivocarme podría asegurar que estamos hablando del primer “wargame de hobby” que existió.
Permitidme un: ¡¡GRACIAS SEÑOR WELLS!!
Ahora tenemos que decir que debido a las dos guerras mundiales, y al rechazo general del mundo por la violencia engendrada en dichos eventos, el mundo de los wargames no tuvo un avance significativo desde el juego de Wells, aunque no quiere decir que no se siguieran usando estos juegos dentro de los altos mandos de los ejércitos combatientes en dicha contienda. Ojito a la maqueta de Pearl Harbor que hicieron los japoneses para simular con juegos de guerra los ataques a dicho puerto antes del famoso ataque.

El siguiente gran avance vino con una empresa americana llamada Avalon Hill, que nació en 1953 cuando un joven de Baltimore llamado Charles Robert creó un juego que en vez de miniaturas usaba un tablero de papel y unas fichas de cartón. Debido a lo barato del juego y a un rápido despliegue de las unidades (reconoced que es más rápido que colocar 150 muñecos en la mesa) se vendió a raudales, lo que le animó a realizar más juegos en el mismo formato. Es ahora cuando se empiezan a crear juegos de recreación de batallas históricas. Entre los más famosos están Gettysburg, considerado el primer juego de una recreación histórica en tablero, D-Day o Stalingrado.
Gettysburg
Como apunte, y si no conocéis el mundo del wargame de tablero, todos los juegos de tablero de simulación responden a lo creado en su momento por Avalon Hill y puede llegar a haber muchos juegos basado en el desembarco de Normandía o en Stalingrado, pero ya os confirmo que todos, o al menos la inmensa mayoría, son un tablero de cartón dividido en hexágonos indicando distintos tipos de terreno con bonus y malus para cada uno y un gran etcétera de reglas.
Pero llegó la guerra de Vietnam y el público en general perdió interés, por lo que Charles Robert empezó a tener pérdidas y tuvo que vender Avalon Hill a un gigante de los juguetes llamado Hasbro.
Hasbro, ¿de qué me suena esta empresa? Tendréis que esperar a la siguiente entrada para desvelar el misterio. Misterio que muchos ya sabréis, pero bueno, hay que poner tensión al final del capítulo, como en Juego de Tronos, para que le sigan leyendo a uno, ¿no?
Saludos desde el Roble Eterno
Peto

No hay comentarios:

Publicar un comentario